JAC proyecta 20 millones de pasajeros transportados este año y descarta que pandemia golpeara “de manera estructural” la competitividad de Chile

En octubre, el Secretario General de la Junta de Aeronáutica Civil (JAC), Martín Mackenna, renovó por tres años más su cargo al frente del ente aéreo chileno, luego de participar en el concurso en Alta Dirección Pública (ADP). Para este nuevo período, su agenda no sólo estará marcada por avanzar en acuerdos comerciales con otros países, sino que también por temas medioambientales.

Si bien, el mercado aeronáutico está avanzando hacia la reactivación, falta camino por andar, aseguró Mackenna. De hecho, se estima que Chile alcanzará los 26 millones de pasajeros transportados en 2024, es decir, la misma cantidad de pasajeros que voló en 2019.

“Reconozco que nuestro país fue muy estricto, pero en la medida que fuimos abriéndonos hemos recuperado. No creo que en términos de competencia perdiéramos de manera estructural”.

-¿Cuáles son las perspectivas de recuperación que maneja la JAC de la industria aérea?

-Efectivamente en 2022 hemos avanzado, pero aún no podemos hablar de una recuperación propiamente tal donde nos comparamos con la base de tráfico aéreo de 2019 que fue de 26 millones de pasajeros. Las caídas percibidas en los primeros dos años de pandemia fueron muy fuertes y como era esperado el transporte doméstico en 2023 estará reactivado y en el internacional se dará en 2024.

-¿En 2024 vamos a tener 26 millones de pasajeros transportados?

Sí, deberíamos estar en esa cifra. Vamos a terminar diciembre de 2022 con 20 millones de pasajeros transportados y en dos años más se dará la recuperación total. Ahora, hay signos de reactivación muy importantes, sobre todo luego de que en octubre alcanzamos un nivel de pasajeros transportados mensual que nos demuestra que en 2023 se sostendrá, pero de manera anual. En ese mes se transportaron 1.148.000 pasajeros, un 99% similar a octubre de 2019. Vemos con buenos ojos la evolución de la industria, porque tras la eliminación de restricciones las personas volvieron a subirse a los aviones.

Ahora, los desafíos para la recuperación de la industria no son solo la pandemia, sino que las alzas por combustibles y ticket aéreo, efecto por tipo de cambio. Son nuevas adversidades que van más allá del coronavirus.

-¿Eso significa que la pandemia se dio por superada?

-No, porque en el mundo el coronavirus sigue presente. Mientras existan países con restricción sanitaria la pandemia no se ha acabado. Seguimos con alerta sanitaria y hay consecuencias que todavía hay que superar.

-El gremio mundial de aerolíneas planteó que durante estos años Chile fue perdiendo competitividad por culpa de las restricciones, ¿compartes esta opinión?

-Uno puede decir que ha tenido una recuperación más lenta, pero decir que perdimos competitiva no se puede afirmar todavía. Chile ha ido avanzando en otros temas y cada país tuvo su propia fórmula para salir adelante. Reconozco que nuestro país fue muy estricto, pero en la medida que fuimos abriéndonos nos hemos recuperado. No creo que en términos de competencia hemos perdido de manera estructural.

-¿Qué iniciativas se están impulsando desde la JAC para compensar los años de restricción?

-Lo más importante para la Junta es avanzar en negociaciones que permitan mejores acuerdos y conectividad con el resto del mundo, tanto para pasajeros como carga. En el último tiempo hemos tenido conversaciones con 13 países, en diferentes niveles para contar con buenas políticas independiente de la pandemia. En este tiempo, nuestro trabajo se vio reflejado en lograr impulsar el transporte de carga, sobre todo de vacunas a regiones lo que nos dio ventaja frente a otros países porque logramos un tráfico fluido.

Un ejemplo de un buen acuerdo fue el alcanzado con Colombia, que desde 2019 se venía negociando. Logramos primero la firma de un memorándum de entendimiento para obtener mejores derechos de tráfico y luego en 2021 se avanzó en un acuerdo de servicio aéreo que es visado por los ministros de relaciones exteriores y ratificado en el Congreso.

En la práctica, eso permite ampliar las conexiones de las aerolíneas y que no sólo sea entre Bogotá y Santiago, sino que también que ciudades con aeropuertos secundarios puedan conectarse. Así se generó que empresas puedan ofrecer vuelos desde Antofagasta a Cali, Medellín, entre otras ciudades.

-Las aerolíneas han empujado varias demandas para ayudar a la recuperación como la tercera reducción pendiente de las tasas aéreas, ¿qué pasó con esa iniciativa?

-Está pendiente, pero la JAC puso a disposición todo su equipo técnico para sacar adelante el decreto porque coincidimos con la industria que aplicar una nueva reducción traería más pasajeros a los aviones. El modelo aún no está definido, pero espero que en el corto plazo tengamos noticias, porque estamos trabajando fuertemente con la Subsecretaría de Turismo para impulsarlo, además de la DGAC, pero no hay una alternativa fija. Esta es una definición que pasa por varios filtros, el Ministerio de Hacienda, entre otros, y estamos a fin de año. Ojalá salga en 2023, pero es una decisión que no debería darse muchas vueltas más porque los escenarios están, por eso creo que saldrá pronto.

-¿En qué se enfocará tu cartera a 2023?

-La sostenibilidad y el impacto en el medio ambiente es muy importante. Se habla mundialmente que el desafío del siglo pasado fue la seguridad de los aviones y los esfuerzos de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) estaban puestos en eso. Ahora el tema ligado al medio ambiente es clave, porque no sólo tiene un rol social sino que también económico. A 2040 se espera que en Latinoamérica se duplique la cantidad de aviones y eso se cruza con nuestro compromiso de disminuir 1,5 grados la temperatura. Entonces, estamos como país mirando cómo se canalizan ambos temas porque para esa fecha no creo que todavía existan grandes cambios tecnológicos en los equipos de larga distancia. La electromovilidad se viene, pero en escala de aviones de 10 aviones de pasajeros. En medidas concretas, el gobierno armó una mesa que reúne a diferentes actores para tomar decisiones que permitan trayectos más eficientes, tratar de impulsar el SAF (combustible sostenible).