Patricia Arancibia Clavel
Evelyn Matthei asumió su nuevo cargo de ministra del Trabajo con la claridad, solvencia y pasión que la caracteriza. Ella es parte de una generación que trabajó codo a codo con Miguel Kast y tantos otros para ayudar a que Chile saliera de la grave crisis económica y social de los 70. “En esos años –dice- pagamos unos costos brutales con cesantía, quiebras, desaparición de empresas etc., para modificar la estructura productiva del país y las reglas del juego de los agentes económicos, pero nada de lo que se está haciendo hoy en materia social hubiera sido posible sin esa revolución”. Las razones, por obvias, a veces se olvidan. “La base que permite al Estado invertir en la gente es tener dinero y el dinero se obtiene a través de los impuestos que provienen de empresas y personas que trabajan y tienen éxito. Para ello hay que fomentar el crecimiento y el empleo, pero no olvidando que el Estado debe tener un rol activo para ayudar a los más vulnerables”.
Entró a la política para luchar por estos principios de libertad y equidad y luego de 21 años de destacada labor parlamentaria, hace dos meses asumió un ministerio que la enfrenta a grandes desafíos. El primero es impulsar el proyecto del post natal, mientras paralelamente se prepara para reestructurar el Sence, que “tiene un presupuesto de más de US$ 500 millones sin que responda a las necesidades de capacitación de los trabajadores”. Entre sus metas más importantes está modernizar la Dirección del Trabajo, “lo que va a dar que hablar, ya que implica mejorar el cumplimiento de las leyes laborales”, remarcando que “el incumplimiento de ellas, genera una sensación de impotencia, de sentirse avasallado, que impide cualquier diálogo”. Siente que es obsoleto seguir hablando de empresarios y trabajadores como mundos divididos y en pugna. “En la medida que sigamos con esa dinámica, nos van a comer los chinos y los indios. Quiero hablar sobre la competitividad, de creación de empleos, de productividad, de trabajo conjunto y respeto mutuo”.
- Noto que te estás manejando como pez en el agua en el ministerio…
- Cierto, pero no es mérito mío porque tengo un espectacular respaldo técnico y humano. El presidente escogió muy bien a los subsecretarios, criteriosos, agradables y con los cuales se trabaja en equipo. Lo mismo pasa con los jefes de servicios, abogados y asesores. Camila también había elegido la mejor gente y, de hecho, no he cambiado a nadie. Además, tengo en el cuerpo más de 20 años en el Congreso, una buena escuela de discusión y convivencia para llegar a acuerdos razonables. Por otra parte, no olvido mis aprendizajes con Boeninger. Le tuve mucho cariño y respeto. El me enseñó que es mejor avanzar un paso en el sentido correcto, que enfrascarse en discusiones ideológicas sin salida.
- Agreguemos que llegaste con una buena evaluación ciudadana del 51%. Eres querida y eso te da un piso…
- No sé si soy querida. Lo que sí sé es que soy respetada y prefiero el respeto al cariño. Puede que mis adversarios no me quieran, pero saben que escucho y digo efectivamente lo que pienso. He tenido que compartir mucho con gente que piensa distinto, pero en varios de ellos he percibido la misma pasión por hacer bien las cosas y darle el mejor futuro a Chile, dejando de lado la politiquería barata.
- Tu estreno en sociedad ha sido con el post natal. ¿Conocías la propuesta?
- No me había tocado participar en este proyecto del Sernam, pero cuando supe que me iba a tocar pronunciarme, empecé a estudiar más a fondo el tema dándome cuenta que tenía total y absoluta coordinación, convicción y sintonía con la ministra Schmidt.
- ¿Cuál es el argumento que te hace más peso, pensando que siempre tú has valorado la empleabilidad de la mujer?
- Para las mujeres de bajos recursos el no tener un post natal ni salas cunas donde dejar a sus hijos, puede significar que finalmente no se integren a la fuerza de trabajo. De hecho, la participación en la fuerza de trabajo de las mujeres que tienen estudios básicos, sólo es del 16%, en cambio la participación de aquellas con estudios universitarios es de un 76%. De ahí que el primer error es ponerlas a todas en el mismo saco. No tiene ningún sentido tener las mismas normas para un grupo que se sabe defender, con un grupo vulnerable, que no tiene cómo pagar ninguna alternativa. Ahora, ¿qué se logra con esta protección? Que la mujer no se retire de la fuerza laboral. Pensemos en una mujer de escasos recursos, que vive en la Gran Avenida y tiene que salir a trabajar con su guagua de tres meses, en invierno, que se le resfría, etc. Perdón, pero eso no anda, como tampoco anda que el 20% de las mujeres más pudientes se lleve el 52% de la plata fiscal, mientras que el 20% más pobre y vulnerable se lleva el 5%. Por eso que se tomó esta decisión de limitar a 30UF el alargue para focalizar los recursos en las mujeres que no acceden al beneficio.
- ¿Qué pasa con aquellos que sostienen que el alargue a seis meses afectará el empleo?
- Son tonteras sacadas de libros de texto, sin ninguna aplicación al mercado y al proyecto de ley chileno. Me llama la atención que se diga eso cuando, primero, no es el empleador el que paga, sino que el Estado. Segundo, porque sólo son tres meses más de lo que existe actualmente y si ya has contratado una reemplazante y te funcionó, no veo qué problema hay en seguir con ella un tiempo. Lo que de verdad hace daño a la empleabilidad femenina no es el pre y post natal, es la obligación de proveer salas cunas, cuando tú tienes como empresa más de 20 trabajadoras. Eso es letal, letal para la contratación de mujeres.
- ¿Por qué?
- Porque cuando contratas un hombre por el mínimo, te sale el mínimo: $ 172.000 y cuando contratas a una mujer por el mínimo te sale $ 172.000 más los $ 150.000 que cuesta la sala cuna. Si eres empresario, ¿a quién contratas?, ¿a alguien que te cuesta $ 172.000 o quien te cuesta $ 322.000? Estoy impresionada por la frivolidad de algunos seudo-economistas que dicen que esta ley va a afectar el empleo femenino sin ningún tipo de información de cómo funciona el mercado laboral, cuáles son los reales problemas de las mujeres y sin analizar lo que ha pasado en los países que han aplicado estas políticas. En Finlandia o Suecia, con un post natal más largo, la participación femenina en el trabajo es superior al 70% y, no sólo eso, además han logrado revertir la caída en la tasa de nacimiento. Aquí, algunos aplican solamente ideología, sin respeto por un buen análisis.
- Varios críticos al presidente sostienen que está actuando de manera populista, intentando revertir las encuestas.
-El presidente propuso un proyecto de post natal en 1995, cuando era senador. Tiene una hija pediatra, con la cual probablemente ha conversado muchísimas veces sobre la importancia de que el recién nacido esté con su madre, sobre todo en los sectores más vulnerables. Estos críticos son los mismos que se opusieron al aumento de impuestos para el terremoto, son los mismos que parecieran gozar cada vez que pueden criticar al gobierno, a pesar de que pertenecen a nuestro mismo sector.
- ¿Hubo o no en este tema una lucha entre la mirada técnica y la política al interior del gobierno?
- Perdón, pero no estoy de acuerdo con que se mire así. Es un tremendo error, porque siempre me caractericé por ser una parlamentaria que argumentaba técnicamente. Sé tanto de economía como el que más. Solamente que mi visión es muy poco ideológica, es muy aterrizada y francamente estoy convencida que el proyecto no afecta la empleabilidad. Las estadísticas muestran que los países nórdicos han resuelto la situación bastante mejor que en Estados Unidos donde no hay protección.
- ¿Fue muy dura la discusión interna?
- En algunas cosas tuvimos total consenso y en otras no. Algunos querían que el post natal fuera renunciable pero pienso que la legislación laboral tiene muchos aspectos que no son renunciables porque muchas veces las partes no negocian en igualdad de condiciones. No es lo mismo, una mujer que gana el mínimo sentándose a negociar con un empresario, que una profesional que puede hacerlo más de igual a igual.
- ¿Como quedó tu relación con Hacienda y el ministro?
- Estupenda. Son diferencias que se dan todos los días en el ámbito del trabajo y el que no entiende que éstas son diferencias de ideas y no entre personas, no tiene nada que hacer en política.
- A un año en el gobierno, ¿qué impide un mayor apoyo a lo que se está realizando?
-Creo que más allá del efecto devastador del terremoto y algunos episodios desafortunados y complejos como el de Jacqueline van Rysselberghe, llevamos poco tiempo y con gente nueva. Nos costó hacer cambios y los pocos que se han hecho han sido denunciados por la prensa como persecución política. Creo que recién muchos de los proyectos y promesas del presidente empiezan a madurar. Porque una cosa es tener la idea y la intención y otra, el proyecto mismo y la plata. La del año pasado se nos fue en el terremoto y muchas de las energías también. Ahora las cosas son distintas y el trabajo se va a reflejar en una fuerte recuperación de los índices de confianza y cariño.
- ¿Llegaste al gabinete como representante de la UDI?
- No lo sé. No sé si fue el presidente el que lo decidió solo, no sé si le preguntó a Coloma y si este me propuso o no. Lo que sí me llamó la atención es que muy poca gente de la UDI me felicitó y que saliera en todos los diarios de que yo no era del ADN de la UDI. Por lo tanto, me parece que no llegué como representante de la UDI aunque yo igual me siento representante de la UDI.
- Hay dos episodios coyunturales que están mostrando la falta de unidad de la Alianza: el caso de la intendenta y el tema de La Florida. ¿Qué piensas de esto?
- Lo que pasó y está pasando es absolutamente inentendible. Me declaro total y absolutamente desencantada con estos episodios. Es vergonzoso.
- ¿Piensas que el gobierno debe intervenir?
- No puede no intervenir. El tema es que debe hacerlo con cuidado, porque lo peor sería aparecer interviniendo públicamente y no lograr resultados. Me imagino que Hinzpeter está trabajando en ello y que está logrando resultados. Todo esto le causa mucho dolor e impotencia a nuestro presidente, quien está dando todo de sí para realizar el mejor gobierno posible. Ahora, estos problemas también existieron con la Concertación y desgraciadamente son parte de la vida cotidiana de los partidos, vida que cada día me gusta menos.
- El que Piñera se haya rodeado de ministros con ambiciones presidenciales, entre ellos probablemente tú misma, ¿generará luchas internas?
- La lucha tiene que generarse, pero en su minuto. No puede bajo ninguna circunstancia generarse ahora. Tendrá que darse cuando sea el momento y para eso faltan años todavía. En todo caso te quiero señalar que yo no voy a estar de ninguna manera entre los que estén luchando por ser candidato.
- ¿Eso ya está resuelto?
-Lo tengo total y absolutamente resuelto. No voy a ser candidata presidencial. No me atrae en lo absoluto.
- ¿Tienes alguna preferencia?
- De aquí a tres años pueden surgir nuevos nombres. En todo caso, creo que a quienes se les note que están trabajando para sus aspiraciones personales y no para el gobierno, van a ser castigados por la ciudadanía.
- A la lista de Hinzpeter, Golborne y Lavín, se agrega a Bulnes. ¿Te parece?
-Bulnes es una persona adorable, muy inteligente y perfectamente puede surgir como candidato.
- ¿Cuál es tu posición frente a la postergación del indulto para no beneficiar a algunos militares?
-Se ha indultado a terroristas que han matado, por lo que no sé hasta cuándo seguimos con el doble estándar. Personalmente he escuchado a gente de la Concertación que dijo que si se ayudaba a liberar a algunos terroristas que estaban acusados de terrorismo, ellos después iban a hacer un gesto. Vamos a ver si lo hacen…
- ¿Qué liderazgos observas en la Concertación?
- Claramente Osvaldo Andrade es un líder y también Camilo Escalona. Hay otras personas que están emergiendo como Fulvio Rossi, Lagos Weber. Claudio Orrego, los dos Walker y Ximena Rincón. Eduardo Frei tiene un peso propio. Por otra parte, Isabel Allende y Soledad Alvear son figuras. Sin embargo, en materia de candidaturas, a pesar que falta mucho, no veo a nadie que le pueda hacer el peso a Bachelet si es que decide, lo cual no es evidente.
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