Cartas

Cartas al Director

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PSU y talento

Señor Director:

La discusión en torno a la PSU debiera extenderse más tiempo. Toca diversos ámbitos de profundo interés para quienes participamos en el desarrollo de la sociedad. La PSU parece un tema superficial cuando sólo se la entiende como un medio para ser seleccionado por una Universidad, o como un factor de cálculo para cierto aporte fiscal. Ya se sabe que el instrumento no es perfecto: tiene distorsiones sociales y estadísticas. Los resultados son reflejo del (des)nivel socioeconómico de quienes la rinden y del posterior proceso de normalización de la prueba, que provoca que no exista una real diferencia entre puntajes al centro de la distribución. Los cortes al ingreso en cada proceso de admisión dejan fuera a un postulante que estadística y académicamente ha rendido igual de bien (o mal) que el que ha quedado dentro.
Pero la PSU es, a fin de cuentas, un instrumento de promoción. Hoy no mide correctamente lo que debe medir para seleccionar bien, por ende, no promociona el potencial humano ni las múltiples capacidades, pues discrimina y cierra el paso, con distorsiones sociales gravísimas, de las cuales las universidades son conscientes.
La iniciativa gubernamental respecto de favorecer el ingreso del 5% de los mejores alumnos de liceos, tras un año de nivelación, es un avance, pues incentiva y premia el enorme esfuerzo de los años de enseñanza media. Faltaría ofrecer a todos los demás estudiantes pruebas de acceso que reflejen la diversidad del potencial de desarrollo humano y corrija las distorsiones.

Olegario Hernández

Director de la Escuela de Psicología UDLA



Nestlé-Soprole

Señor Director:

La fusión Nestlé-Soprole genera expectativas, positivas y negativas. Lo cierto, es que a la fecha la comisión antimonopolios no se ha pronunciado en relación a la fusión, que llevaría al conglomerado a concentrar el 45% del consumo de lácteos en nuestro país.
Cuando estamos frente a estas fusiones, que no pasan desapercibidas, volvemos a retomar los mismos argumentos que han dejado otras. Si es bueno o malo, eso lo decide la comisión antimonopolios del Ministerio de Economía, quien debe pronunciarse. Si se permite, hay leyes que deberán cumplirse para garantizar que el conglomerado operará con precios simulando estar en competencia perfecta o monopolística.
Si usted tiene dudas razonables sobre lo comentado, ya sea la neutralidad de la comisión antimonopolio o el cumplimiento de la legislación, debe poner en conocimiento a las autoridades competentes. Esto no es un deber moral, sino cívico legal.
Que se puede tener opinión, se puede y bajo este contexto la mía se encuentra dividida. A nivel local una sola compañía no debería controlar el 45% del mercado, menos si lo logrará a través de una fusión, que se trata más de una colusión para operar a menores precios. Cuando Soprole y Nestlé señalan que esta fusión permitirá aprovechar economías de escala, hablamos de producción, en términos no económicos, desempleo y menores precios en algún punto de la cadena y en este caso el eslabón más débil son los productores de leche nacionales. Esta colusión para competir, cuyo objetivo es la fijación de precios, se muestra un oligopolio con comportamiento de cartel. Esto se traduce, para el Ministerio de Economía como un monopolio, y como tal debe ser regulado. Si es bien regulado quizás debieran permitirla, ya que el verdadero atractivo es la competitividad internacional. Ambas compañías tendrían lo suficiente como para competir en otras economías.
Ahora, si bien este modelo de fusiones es una estrategia que esta llevando a cabo Nestlé en distintos países, habría que ver cómo será el comportamiento internacional de estas fusiones. Si Nestlé-Soprole no competirá con su homólogo en Argentina, por orden de la matriz de la compañía suiza se puede comprobar que ésta es una estrategia de colusión para la fijación de precios, la cual no debe ser aceptada en Chile pues estarían comprobando la tesis que se han unido para fijar los precios en la industria y eliminar a la competencia.

Alejandro Maureira Butcher

Economista Universidad Andrés Bello

Sputnik moment

Señor Director:

Obama en su discurso sobre el Estado de la Unión exhortó a la nación a encontrar nuevamente un momento Sputnik. Hace medio siglo los norteamericanos quedaron boquiabiertos cuando los soviéticos hicieron circunvalar el primer satélite artificial alrededor de nuestro planeta. La reacción ya la conocemos: la NASA, el primer hombre en la Luna y un círculo virtuoso de investigación científica con logros como nunca se ha visto en la historia de la humanidad.
Supongo que el nuevo Sputnik es el dragón chino que también está dando vueltas sin descanso por todo el mundo. Veo difícil que esta vez se les prenda la ampolleta a los yanquis, porque todas las ampolletas se fabrican hoy en China.

Gabriel Guiloff

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