Cartas

Lecciones para la salmonicultura

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Señora Directora:

En 2014, cuando Oceana realizó la primera solicitud de acceso a la información para conocer de forma desagregada la cantidad de antibióticos utilizados en la salmonicultura, la industria se opuso rotundamente alegando la grave afectación de sus derechos comerciales.

Ocho años después, el Congreso aprobó de forma unánime una norma que establece esta obligación a nivel legal, que contó con el apoyo de la industria. Con ella se busca aumentar la competitividad e incentivar la disminución en el uso de antibióticos, premiando a aquellas empresas que tienen un mejor manejo sanitario.

Las normas que regulan el escape de salmones no tuvieron la misma suerte y fueron rechazadas, ya que la industria alegó que son demasiado gravosas. El escape de salmones no solo afecta la biodiversidad y especies de importancia comercial, sino que destruye la reputación del sector. Por ejemplo, el Monterrey Bay Aquarium llamó a los consumidores norteamericanos a evitar consumir salmón chileno por la gran cantidad de escapes producidos. Los mismos datos de la industria señalan que el resultado neto de explotación por kilo de salmón sería tres veces más en Noruega que en Chile, debido a la mala percepción de la calidad del salmón chileno.

Esperamos que esta vez la industria no tarde ocho años en entender que el aumento de los estándares en el desarrollo de la actividad beneficia a muchos, pero principalmente a ellos mismos.

Javiera Calisto

Directora Legal de Oceana Chile

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