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Actuar ahora con una visión del mañana

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Las proyecciones de las fuentes oficiales indican que al año 2030 los costos nivelados de las ERNC serán, en su gran mayoría, más bajos que los costos de las energías convencionales. Hoy aún no se pueden diferenciar en este aspecto y su entrada ha sido dificultada por varias barreras de competencia.

En la Plataforma público-privada Escenarios Energéticos Chile- 2030 se analizaron los impactos económicos y ambientales de distintas matrices energéticas al año 2030. Entre las conclusiones más relevantes destaca que, en el largo plazo, un escenario con alta penetración de ERNC puede tener un desempeño ambiental y económico mejor que otros escenarios más convencionales. Las inversiones en ERNC se materializarían, sin embargo, principalmente entre los años 2020 y 2030.

Es clave tener una mirada de largo plazo en la toma de decisiones del sector energético cuando enfrentamos la compleja situación energética para los años venideros, entre 2014 y 2018.

Algunos lineamientos básicos que podemos extraer de la visión de largo plazo para enfrentar este corto-mediano plazo incluyen la necesidad de lanzar otra campaña e instrumentos relevantes en el área de eficiencia energética y empezar con urgencia la medición de los Megawatts generados y esperados por generar. También, consideran un trabajo riguroso y arduo para agilizar los proyectos de ERNC de rápida instalación/construcción. Para esto se requiere un trabajo público-privado coordinado para afrontar las barreras que enfrentan los miles de MW aprobados en los últimos años en el sistema de SEA. Además, contar con energía base accesible en términos económicos, asegurar contratos y la infraestructura para garantizar el abastecimiento con GNL a un precio razonable.

Otro aspecto importante en el corto plazo consiste en diseñar los cambios regulatorios necesarios para generar los incentivos adecuados para la inversión, incluyendo los ajustes que se han solicitado para adecuar los procesos de licitación hoy en curso para dar el máximo espacio posible para la entrada de nuevos actores y nuevas tecnologías.

Se deben crear con urgencia las herramientas para apoyar la inversión en exploración para viabilizar la geotermia. El enorme potencial de Chile en esta fuente, su alto factor de planta y bajos costos operacionales la convierte en energía de base con un rol fundamental en mejorar los aspectos económicos, ambientales y de seguridad de la matriz eléctrica.

Se tienen que tomar decisiones hoy al respecto de las fuentes energéticas prioritarias para el período entre 2020 y 2030. Para esto se requiere lanzar un proceso participativo sobre la política energética-eléctrica. Más que agregar otro diagnóstico o perdernos en detalles, tenemos que tomar decisiones estructurales y aclarar el nivel de esfuerzo y recursos que implican.

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