Alberto Etchegaray

Gremios empresariales: propuesta de gobierno corporativo

Es casi imposible encontrar hoy en Chile un sector empresarial e industrial que no se encuentre organizado...

Por: Alberto Etchegaray | Publicado: Martes 24 de mayo de 2011 a las 05:00 hrs.
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Es casi imposible encontrar hoy en Chile un sector empresarial e industrial que no se encuentre organizado bajo la figura de una asociación gremial. Desde las asociaciones más potentes como la Sofofa, la Asociación de Bancos o la SNA, hasta las que tienen intereses más acotados o regionales, como la Asociación de Industrias de Curtiderías, la de Taxistas o la de empresarios de La Serena.



De lo que no cabe duda es que últimamente ha aumentado la asociatividad gremial en Chile. Por ejemplo, un rápido conteo de los asociados a la Sofofa muestra que hoy ya existen más de 44 asociaciones gremiales vinculadas a ella, número relevante que dice mucho acerca de la creciente relevancia que estas entidades están buscando en el debate público.

Porque esta realidad gremial es nueva. Hasta hace no mucho tiempo atrás, la lógica competitiva incentivaba que cada empresa buscara enfrentar de manera individual a los distintos stakeholders: autoridad administrativa, a parlamentarios, consumidores organizados o los reclamos de otros grupos de presión. Con todo, el duro y mediático tratamiento sufrido por varias empresas que buscaron interactuar individualmente motivó a varias a intermediar su acción bajo la figura de la respectiva asociación gremial.

Así, aun cuando no es de la naturaleza de una empresa promover la colaboración entre agentes económicos que participan en un mismo mercado, cierto tipo de colaboración entre agremiados puede producir amplios beneficios comunes, como lo es la promoción para el desarrollo de cada sector o la defensa colectiva de interés comunes frente a nuevas regulaciones, concesiones o subsidios. Por lo demás, desde la lógica de eficiencia las políticas públicas, es más conveniente tener un solo ente aglutinador de las opiniones empresariales.

Con todo, me parece que los nuevos tiempos obligan a algunos gremios empresariales a reconsiderar las estructuras de gobierno corporativo de sus entidades gremiales. Digo esto especialmente respecto de gremios que representan a industrias que prestan servicios públicos de alto impacto, como lo son por ejemplo las empresas asociadas a los servicios financieros (bancos, seguros, AFP) o las utilities (eléctricas, telefonía). 
En esos casos, propongo copiar una práctica de gremios empresariales de países de la OECD: complementar la participación de los directores privados de los empresas (correspondientes al management o directorios de las empresas) con la de directores públicos independientes, profesionales de excelencia, elegidos también por las agremiadas pero sin un vínculo laboral de dependencia. Esos directores representarían la opinión de un consumidor letrado e independiente al interior del gremio, que complementaría la de las empresas.

Las encuestas muestran que campea en Chile la desconfianza en los gremios empresariales. Seguro que las industrias que fortalezcan la independencia gremial ante la ciudadanía tendrán mayor legitimidad para plantear sus opiniones y propuestas.

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