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¿Constitución de todos?

Director ejecutivo IdeaPaís

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El sábado recién pasado la Presidenta daba inicio, en la Junta de Vecinos N°50 de la comuna de San Miguel, a uno de los primeros encuentros locales del proceso constituyente. Ahí la Mandataria invitó a hacerse parte, en el formato que ellos han establecido, sin importar si los vecinos conocen o no las palabras técnicas, porque como ella explicó, “luego habrán especialistas que sabrán colocar las palabras más adecuadas para expresar de mejor forma sus preocupaciones”. Vaya a saber uno qué significa “colocar las palabras más adecuadas”, y quién será el experto que va a resumir todo esto.

Aparte de eso, y de las dificultades que ha tenido el Consejo de Observadores para fiscalizar, existen algunas preocupaciones que le generan más incertidumbre a quienes nos interesa que esta reformada Constitución no vuelva a tener un manto de duda en torno a su legitimidad.

La primera es lo que los psicólogos llaman “el problema de auto-selección”, que en simple implica que existirá un sesgo a participar de aquellos individuos que están especialmente interesados en plasmar en la Carta Fundamental sus demandas puntuales. Por ello, no debería extrañar que aquellas minorías que están bien organizadas, logren levantar una gran cantidad de encuentros y sus demandas se vean sobre representadas en las conclusiones. Este problema deriva del deficiente y corto proceso de “educación cívica” realizado por el Gobierno. Si se hubiese entregado educación cívica desarrollada por organizaciones de la sociedad civil con redes locales, vecinales, sindicales, quizás hoy tendríamos a miles interesados por participar.

Un segundo problema está en las actas que los organizadores han prefijado. En los encuentros locales, las personas deberán votar por una lista de valores, derechos, deberes e instituciones; es decir, deben priorizar aquellos que a ellos les parezcan más relevantes dentro de la lista preestablecida. Llama la atención cómo se eligió esa lista y no otra, y también, por ejemplo, que la lista de derechos sea de más de 35 opciones, mientras que la lista de deberes sea de 12. Se podría argumentar que, de todos modos la gente podrá incluir otros conceptos, pero sabemos que lo que va a primar será el resultado total de votos, por lo que de poco servirá incluir conceptos nuevos en un acta.

Constatando estas dificultades, la tentación podría ser abstraerse del proceso cerrando el diálogo e impidiendo que se realicen los cambios necesarios que nuestra Constitución requiere. Desde IdeaPaís, en conjunto con una serie de instituciones, quisimos denunciar, fiscalizar, y también aportar. Es por esto que hace varios meses trabajamos en un proyecto que no solo realiza educación cívica para miles de chilenos, sino que también participa de los encuentros locales utilizando actas libres. Desarrollamos también material y campañas informativas que denuncien pero también muestren cuáles son nuestras ideas.

Constitución de Todos es un esfuerzo que busca fomentar la participación real de la ciudadanía para proponerle al país una Carta Fundamental de la que todos nos sintamos parte, y en la cual no existan agendas encubiertas ni minorías sobre representadas. Nuestro deber está con Chile, por lo que denunciar, no puede ser un estorbo para aportar.

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