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Cooperativas y el emparejamiento de la cancha

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No es del mundo deportivo de lo que quiero hablar, sino del rayado de cancha que debiera existir en el mundo cooperativo.



Todas las cooperativas que operan en Chile obedecen a directrices del departamento de cooperativas. Algunas, como las sociedades de garantía recíproca, tienen regulación doble; otras como determinadas cooperativas de ahorro y crédito, tienen además la supervigilancia de la SBIF; otras se sujetan a las regulaciones específicas de los sectores en que están insertas. Se trata de un sector regulado que representa a miles de socios, todos dueños de ellas; que dan empleo, producen bienes y servicios, compran y adquieren en el mercado sus insumos, atienden necesidades de las comunidades, integran la educación como pilar cooperativo y aportan a la economía un valor muy relevante.

¿Es suficiente el actual marco normativo del sector? ¿Garantiza el gobierno corporativo de las cooperativas la mejor atención de sus socios y de la sociedad chilena?
En lo concerniente a la primera cuestión, está en trámite parlamentario una iniciativa que mejora las posibilidades competitivas del sector, abre la puerta a filiales, elimina rasgos negativos, y esperamos -a lo menos en el sector de ahorro y crédito- la mantención del doble control actual, si no es reemplazado por la fiscalización única de la SBIF; despeje áreas relacionadas con el tema de reservas que importan un resguardo patrimonial innecesario, dadas las normas de Basilea de las entidades respectivas. Asimismo, que en el futuro puedan contar con un bagaje de instrumentos financieros, similares a aquellos que disponen las sociedades anónimas bancarias.

La segunda pregunta nos conduce al tema de la gestión de las empresas cooperativas. La ley de Cooperativas establece los contrapesos democráticos, tales como los órganos de dirección, administración y control, pero estimamos que el sistema requiere avanzar en el desarrollo de mecanismos para un adecuado y eficiente gobierno corporativo. La ley vigente, el reglamento y los principios legales propios del sector cooperativo permiten al sector el desarrollo logrado exitosamente hasta hoy, pero, en nuestra opinión para ocupar un lugar aun más destacado en la economía chilena, los gobiernos corporativos de las cooperativas deben sujetarse a estándares de conducta no inferiores a los más exigentes que se cumplen el mercado regulado.

Es perfectamente posible, con el marco normativo vigente, consagrar requisitos de idoneidad para los consejeros o directores que, por ejemplo, en el caso de las cooperativas de ahorro y crédito, aseguren la existencia de cargos de consejeros en número y en atributos de conocimientos especializados, que garanticen el mejor manejo de la entidad, y la correcta percepción del fenómeno de la fe pública envuelto necesariamente en su gestión.

Tenemos que trabajar para progresar en los rubros que abordamos en el caso de las cooperativas que conformamos el Foro Empresarial Cooperativo. Pero ello requiere de postular a una mejor regulación y usar el mecanismo que nos permite el ejercicio ponderado de la autonomía de la voluntad, accediendo a niveles óptimos de gobierno corporativo, transparente y eficiente.

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