¿Crecerá más Chile con menos impuestos?
HUGO HURTADO Socio de Deloitte VANESA LANCIOTTI Socia Líder de Tax & Legal Deloitte
Las principales candidaturas de la actual oposición proponen una baja del impuesto corporativo de más menos 4% y acercarse al promedio de la OCDE del 23%. Estas señalan que esa baja generaría un impulso al crecimiento que podría ampliar la base tributaria, compensando la pérdida de ingresos tributarios. La otra parte sería compensada mediante eficiencia del gasto fiscal y reasignación de programas mal evaluados.
Por otra parte, la candidatura de Jeanette Jara propone que tal baja no es necesaria para impulsar el crecimiento y que el costo fiscal relacionado con tal reducción no se compensaría con una mayor recaudación como incremento de la actividad económica.
“En la última década, el país ha promediado apenas 2% de expansión anual. Alcanzar el 4% es posible, pero exige la convergencia de múltiples factores y reformas profundas, donde la tributaria es solo una pieza en un complejo engranaje”.
Chile enfrenta un desafío de crecimiento estructural: en la última década, el país ha promediado apenas un 2% de expansión anual. Alcanzar el 4% es posible, pero exige la convergencia de múltiples factores y reformas profundas, donde la tributaria es solo una pieza dentro de un complejo engranaje. Para dimensionar el reto, basta señalar que la tasa de inversión de los últimos 10 años debería incrementarse al menos en un 4% adicional solo para igualar el dinamismo de la década previa. A esto se suma que la productividad ha mostrado un descenso sostenido desde principios de siglo, lo que enfatiza la urgencia de adoptar políticas integrales.
La evidencia internacional en relación al impacto de los impuestos en la inversión es amplia, pero no es concluyente. Diversos estudios muestran que existiría una correlación entre la baja de impuestos corporativos y el aumento de la inversión con el crecimiento económico. Sin embargo, la causalidad directa es mucho más difícil de establecer debido a la multiplicidad de factores que afectan la inversión (Griffith, Hines, and Sørensen 2010).
La literatura coincide en que las rebajas impositivas pueden estimular la inversión, pero advierte que los efectos suelen ser algunas veces modestos (Djankov et al. 2010). Para incentivar la inversión, señalan que es necesario potenciar factores como las políticas macroeconómicas hacia la inversión, la calidad de la infraestructura, la estabilidad jurídica, por nombrar solo algunos. Por ejemplo, Estados Unidos promulgó la Tax Cuts and Jobs Act en 2017 que bajó el impuesto corporativo desde un 35% a 21%. Si bien se observó un repunte en la inversión y un leve aumento del PIB en el corto plazo (entre 0,3% y 0,8% del PIB), la recuperación de la recaudación fiscal fue parcial. Casos como Reino Unido y Canadá tuvieron resultados similares.
Por otra parte, con un enfoque más local, Cordero y Vergara concluyeron que el aumento de un punto porcentual de la tasa de impuesto corporativo tiene un efecto negativo en la inversión de 0,1 punto del PIB en el corto plazo y entre 0,24 y 0,65 punto porcentual en el largo plazo (CEP, 2020).
Una baja de impuesto corporativo va en la línea correcta para devolver competitividad del país. El costo fiscal de una baja de 4 puntos, cercano a US$ 1.600 millones, podría ser controlado con una mejor eficiencia en el gasto público, eliminando y reorganizando programas mal evaluados. En esa línea, toman especial importancia las 34 medidas propuestas por el grupo transversal de expertos convocado por el Ministerio de Hacienda, con acciones que generarían ahorros potenciales de hasta US$ 2.000 millones.
Todo nos indica que el crecimiento económico de Chile debe ser visto como un engranaje, en el que cada componente —consumo, inversión, mercado laboral, productividad, competitividad internacional, modernización del Estado, sistema tributario, educación, entre otros— cumple un rol fundamental para que el mecanismo avance de manera sostenida. Aspirar a duplicar la tasa de crecimiento requiere identificar cuáles piezas deben priorizarse, cuáles fortalecerse y cuáles aún faltan por incorporar.
Alcanzar ese 4% no depende únicamente de una reforma tributaria efectiva, sino de la articulación coordinada de varios elementos clave. Solo mediante una visión integral y el ajuste sincronizado de todos estos engranajes –donde por ejemplo podemos valorar la reciente publicación de la Ley de Permisos Sectoriales- Chile podrá superar los desafíos estructurales que enfrenta y construir una senda de crecimiento robusta y sostenible para el futuro