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Crecimiento económico y seguros

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Las imágenes que llegan desde Filipinas tras el paso del tifón Haiyan, dan cuenta del oscuro momento que vive ese país. La ONU estima que al menos el 10% de la población fue afectada por la catástrofe. El hambre, las condiciones higiénicas y la destrucción obligaron a los habitantes de Tacloban, la ciudad más afectada por el desastre, a trasladarse a regiones seguras. El destruido aeropuerto recibió hordas de gente intentando escapar en los aviones que lograron aterrizar con ayuda humanitaria.

Se vienen tiempos difíciles para Filipinas. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), alrededor de tres millones de personas perdieron temporal o definitivamente su fuente laboral. La reconstrucción tomará décadas y las industrias están en el suelo, tras sucumbir ante los vientos de más 300 kilómetros por hora.

Un escenario tremendamente adverso para las pretensiones del país asiático. Su crecimiento económico de más de 7,6% durante el primer semestre, había sorprendido a la comunidad internacional, pero las esperanzas de encaminar al país a una senda ascendente, al menos, se ven interrumpidas. El nivel de penetración de las compañías de seguros en países como éste es muy bajo, por lo que Filipinas tendrá que hacerse cargo de su propia reconstrucción, lo que sin duda, demorará la recuperación económica.

Es imperativo que los países en vías de desarrollo crezcan, pero asegurándose. No sólo los privados, sino que el Estado también tiene un rol importante que jugar en este sentido. Muchos países, tanto en Asia como en Latinoamérica, no sólo están expuestos a los vaivenes de las grandes potencias económicas, sino que también a las catástrofes naturales. Al enfrentar estos fenómenos sin el respaldo de un seguro, los países más pobres quedan desvalidos, sin poder sortear las emergencias adecuadamente y menos los desafíos del futuro. Éste es un aprendizaje para Chile también, país acostumbrado a las catástrofes. Recordemos que un gran porcentaje de la reconstrucción tras el 27/F estuvo a cargo de las aseguradoras. Según datos de la Asociación, la industria pagó 
US$ 7.519 millones a sus clientes.

Sin embargo, si bien nuestro país tiene una tasa de penetración de seguros generales de 1,65% (prima directa sobre PIB) y en Filipinas esta tasa sólo alcanza el 0,49%, aún estamos lejos de países como Estados Unidos (4,52%), Canadá (3,89%) y Europa, donde estas compañías son las que asumen los infortunios, lo que permite ponerse en pie con mayor velocidad y recuperarse de las crisis imprevistas sin perder lo ganado en años de desarrollo económico.

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