DF Tax | Chile: El desafío de la recaudación fiscal en tiempos de estrechez
Víctor Villalón, académico Departamento de Control de Gestión y Sistemas de Información, Facultad de Economía y Negocios Universidad de Chile
El panorama tributario chileno al cierre de 2024 e inicio de 2025 se muestra desafiante, caracterizado por un contexto económico restrictivo, un entorno político fragmentado, fuertes señales de vulnerabilidad y controversia fiscal y sin reformas posibles. La tan anunciada reforma tributaria al impuesto a la renta -incluida en el programa de Gobierno- no logró reunir respaldo legislativo.
Este estancamiento ocurre en un momento crítico. La recaudación tributaria de Chile cayó un 3,2% del PIB en 2023, siendo la mayor disminución de los países de la OCDE. Asimismo, Chile se ubica como el segundo país de la OCDE con menor nivel de impuestos y cotizaciones como porcentaje del PIB, solo por encima de México, lo que se traduce en una tendencia de déficit estructural complejo.
Se suma al panorama información del SII, que establece que el incumplimiento tributario promedio se calculó en 18,9% para el IVA; un 46,4% para el Impuesto de Primera Categoría; y de un 45,3% para el impuesto a las rentas personales.
A ello, se suma un golpe crucial al bilateralismo tributario. La estrategia comercial de Estados Unidos pone en jaque los acuerdos y tratados, incluyendo las medidas orientadas a limitar conductas nocivas, para limitar el uso de paraísos fiscales, como el impuesto mínimo mundial, y la tributación de la actividad digital. Esto complejiza la sostenibilidad fiscal nacional, dado el alto grado de apertura comercial de nuestra economía.
Ya que no es factible avanzar en una reforma del impuesto a la renta en el corto plazo, y que las condiciones políticas y sociales no permiten aprobar nuevas cargas tributarias, el enfoque debe centrarse en la administración efectiva del sistema vigente. Esto implica optimizar los procesos actuales, priorizar la eficiencia interinstitucional y adoptar soluciones administrativas de alto impacto en el cumplimiento tributario voluntario, pilar clave del sistema tributario.
En este contexto, bajo una visión interinstitucional, las estrategias clave son la gestión basada en riesgo, identificando perfiles de evasión y elusión mediante modelos predictivos, segmentar contribuyentes por comportamiento y asignar recursos de tratamiento, según los perfiles de cumplimiento e impactos esperados.
En segundo lugar, se deben replicar las experiencias exitosas en trazabilidad fiscal, como la aplicada al comercio ilícito de cigarrillos, a otros sectores con impuestos específicos, como alcoholes, combustibles, medicamentos y productos electrónicos. La experiencia positiva, liderada por el SII, ha demostrado que se puede elevar la recaudación, reducir el comercio ilícito y la informalidad y aumentar la equidad tributaria sin reformas legales.
En tercer lugar, resulta necesario simplificar la automatización de trámites, crear plataformas de cumplimiento proactivo integradas y eliminar redundancias y etapas que no agregan valor y que elevan los costos de cumplimiento para micro y pequeñas empresas. Un foco clave son las empresas de menor tamaño que enfrentan costos de cumplimiento superiores a los impuestos determinados.
De igual manera, es necesario reforzar la educación tributaria, mostrar el impacto concreto de los impuestos en bienes públicos, y construir una narrativa que relacione cumplimiento con equidad social y justicia tributaria.
Chile atraviesa un momento clave para redefinir su estrategia fiscal. Sin espacio para reformas legales y ante un entorno internacional adverso, el país debe priorizar medidas que permitan realizar una transformación administrativa profunda, para fortalecer el cumplimiento voluntario y, de esa manera, restablecer la confianza entre ciudadanía e instituciones, lo que además serviría de palanca para una reducción del gasto público, lo que resulta crucial en estos tiempos de estrechez fiscal.