Día Internacional del Reciclaje
Isidro Pereda Gerente General de Recupac
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Hoy conmemoramos un nuevo Día Internacional del Reciclaje y más allá de las tres R “reduce”, “reutiliza” y “recicla”, de las cuales suele hablarse en el mundo de los residuos -y que apuntan a evitar generarlos innecesariamente, preferir envases reutilizables y ocuparnos de reciclar los residuos que no utilizamos-, vale la pena precisar que también existen las tres S del reciclaje: simple, sustentable y sostenible, según hemos detectado en casi 30 años reciclando residuos.
Simple significa encontrar métodos de recolección, desde el usuario, que faciliten su contribución al reciclaje. Si queremos avanzar en reciclar más, no podemos pedirle al usuario -que botaba en una sola bolsa- que ahora separe en más de 15 residuos distintos. La solución va por pedir una separación macro al usuario, entre uno a cinco grandes tipos de residuos y luego utilizar tecnología eficiente y a gran escala para su separación más fina; por ejemplo, en los diversos tipos de plástico que existen.
Sustentable quiere decir que las actividades de reciclaje deben tener una trazabilidad impecable; el generador (usuario, empresa, etc.) debe saber en todo momento cuál es la cadena de reciclaje que siguió el residuo y las cantidades que fueron recicladas; es decir, responder qué están haciendo con los residuos reciclables. Si en Chile no existe la capacidad instalada para reciclar un residuo, se debe buscar traer la tecnología al país o bien buscar un destino en el exterior.
Sostenible, porque en Chile botar basura en un relleno sanitario cuesta entre
$ 15 y $ 25 por kilo y dependiendo de las cantidades, porque entre más residuos se boten menor es la tarifa. Para las empresas el costo es muy visible y por ende, su preocupación por bajar la generación o aumentar su reciclaje es parte de costos operacionales. En cambio, para las personas en sus domicilios son prácticamente invisibles. La Ley Responsabilidad Extendida del Productor (REP) transfiere a las empresas que comercializan productos prioritarios la responsabilidad de ocuparse de su recolección para un posterior reciclaje, y por tanto asumir los costos. Pero si la solución de recolección no está bien diseñada, los costos pueden llegar a $ 200 e incluso, los $ 1.000 por kilo, que comparados con los
$ 15 a $ 25 por kilo que cuesta botar a la basura, más que una solución es un problema que luego será transferido vía precio al consumidor.
En síntesis, si logramos hacer reciclaje simple, sustentable y sostenible, vamos a lograr lo que todos al final anhelamos: dejar un mejor mundo a nuestros hijos y futuras generaciones, en donde no exista basura que se entierre sino que sólo materiales y residuos que sean pertenecientes a economías circulares.