Efectos de mayor parque automotor

Muchos se sienten orgullosos cada vez que en Chile se cumple un nuevo récord en venta de automóviles. Algunos comentan que estas cifras muestran el desarrollo económico y el aumento de oportunidades que hoy experimentan los ciudadanos de este país para adquirir bienes y asumir créditos. Todo esto es cierto. Sin embargo, pocos analizan las externalidades negativas más allá de los tacos y la congestión vehicular.
Según la Asociación Nacional Automotriz de Chile (ANAC), el año pasado las ventas del sector automotor alcanzaron las 378.240 unidades, lo que representa un incremento de 12% respecto de 2012. Tras cuatro años consecutivos de crecimiento ininterrumpido, durante 2013 los números ascendieron de manera importante: diariamente se vendieron más de mil automóviles cero kilómetro.
El problema es que no existe la infraestructura apropiada para hacer frente al crecimiento explosivo del parque automotor: los talleres y servicios mecánicos son cada vez más escasos y están lejos de mostrar signos de un desarrollo más acorde a la nueva demanda que presenta el país, como mano de obra calificada que permita garantizar una atención oportuna.
Esta situación ha impactado en varios niveles, tanto en la calidad del servicio como en los costos asociados a la reparación. A este dilema se suma que muchas marcas de automóviles no están manejando el stock de repuestos necesario para hacer frente a los nuevos requerimientos, por lo que los arreglos deben esperar la importación de las piezas, generando demoras adicionales.
El escenario se está tornando crítico. Hasta ahora han sido las compañías de seguros las que han debido absorber las alzas y la responsabilidad en los retrasos ocasionados por la falta de talleres mecánicos, sin embargo, estamos llegando a un punto en que se hace cada vez más difícil afrontar esta carencia sin afectar los precios de la industria.