En la ruta de los Emiratos

A fines de febrero visité Abu Dabi y Dubai, como parte de una delegación organizada por ProChile a la feria de alimentos y bebidas Gulfood, la más importante del Medio Oriente. El objetivo de mi visita fue promover oportunidades de inversión en Chile entre los empresarios locales que muestran interés concreto por invertir en el país, especialmente en minería y energías renovables.

Dubai es uno de los siete territorios de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), federación que reúne a las economías más dinámicas del Golfo Pérsico. En 2011, el PIB de los EAU fue de US$ 358 miles de millones y la exportación de capitales en el período 2006-2010 alcanzó los US$ 46 mil millones, un 30% del total de la inversión extranjera que salió de Medio Oriente. Asimismo, poseen uno de los índices de desarrollo humano más altos del continente asiático; en efecto, el PIB per cápita ajustado por poder de paridad de compra es de 
US$ 48.598, al menos un 300% más alto que el chileno.

En los últimos 5 años, las importaciones totales de los EAU han crecido a un promedio anual del 12%. Chile exporta a los Emiratos más de US$ 60 millones al año, cifra que va en franco aumento, con una tasa de expansión del 4,4% anual en los últimos 5 años. En el total de envíos al Consejo de Cooperación del Golfo (US$ 381 millones), que incluye a Qatar y Arabia Saudita, EAU ocupa el 16%. Esto significa que hay espacio para seguir mejorando los niveles de intercambio comercial, el paso previo para generar un vínculo sólido con los Emiratos en materia de inversión.

El desarrollo de los EAU, desde su independencia de Inglaterra en 1971, ha ido de la mano con la exploración del petróleo. Y así como su geografía ha albergado su principal fuente de riqueza, también les ha planteado desafíos, climáticos entre otros, que han incidido en que las naciones petroleras del Medio Oriente no sean productoras silvoagropecuarias, por lo que dependen casi exclusivamente de las importaciones para abastecerse de alimentos, principalmente cereales, frutas y azúcar. Al ser la seguridad en la provisión de alimentos primordial en dicha región, se genera una demanda que es una oportunidad para Chile, comercial inicialmente, y desde el punto de vista de la inversión en una segunda etapa, una vez que se cuenta con el posicionamiento correcto del país.

Otro punto clave en este sentido es la conectividad. A través de una ruta Dubai-São Paulo, Brasil forma parte de la red área de los Emiratos desde 2007. Desde sus inicios, este itinerario ha sido extremadamente popular en términos de negocios y puso a Brasil en la mira de los empresarios del Golfo. Este año, este trayecto se potenció con la implementación del vuelo diario directo entre Río de Janeiro y Dubai con extensión a Buenos Aires.

Chile tiene un gran desafío por delante en materia de conectividad aérea con los EAU y esa región en particular. Un vuelo directo Santiago-Dubai es muy importante si queremos dar señales concretas de apertura al comercio y la inversión. Los vuelos ya vigentes con Brasil y Argentina han ubicado a nuestra región en la mira de los Emiratos y no podemos desaprovechar la oportunidad de ubicarnos en una posición estratégica en el dinámico mapa de los negocios internacionales.

En el actual contexto de crisis global, los expertos coinciden en anticipar un importante flujo de inversiones hacia economías emergentes que ostenten buenos indicadores de crecimiento económico, entre las que destaca Chile. Nuestro país es visto como una nación confiable, transparente y con excelentes proyecciones para invertir. Estos pilares, que han sostenido la imagen de Chile y lo han llevado a liderar todos los rankings relevantes de negocios en Latinoamérica, ponen a nuestro país en un lugar de privilegio, pero también significan una responsabilidad: no podemos quedarnos en la autocomplacencia, especialmente en tiempos de inestabilidad económica internacional, cuando la competencia por conseguir inversión extranjera se hace más fuerte.