Daniel Contesse
A veces pareciera que la solución a todo pasa por gastar más. No sé bien si es algo que muchos de verdad creen o es un problema de comunicación, pero el hecho indesmentible es que parte importante de la discusión pública pasa por gastar más. Se discute sobre lo poco que gastamos en I+D, se habla de lo mucho que este presupuesto es superior al del año anterior, se argumenta que se requieren recolectar más impuestos para aumentar el gasto público, se dice que la manera de reactivar la economía es haciendo que el Estado gaste más, etc.
Es tan así lo anterior, que muchas veces el objetivo primordial pasa a ser el conseguir más recursos; el cómo lo gastamos pasa a ser sólo un medio para conseguir estos recursos adicionales… juntemos más plata, después vemos cómo la gastamos. Cualquier persona que le haya tocado administrar cualquier cosa, desde las cuentas de la casa hasta la más grande corporación internacional, sabe que hay algo raro en todo esto. Difícilmente en el mundo real alguien piensa que la verdadera manera de progresar de una familia o de una organización pasa por gastar más. ¿Por qué entonces a nivel público se impone esta idea como el principio fundamental para llevar a Chile al desarrollo? Difícil de entender, pero es una idea que se ha impuesto y que me parece muy dañina, porque no pone el foco en lo que se debe: gastar bien y conseguir resultados.
Lo que medimos determina directamente nuestras conductas y si el énfasis está en medir cuánto gastamos, entonces está claro lo que va a pasar: vamos a gastar más con poca preocupación sobre el efecto de esto. Es fácil decir que en vez de gastar más hay que gastar mejor, pero para que eso no sea simplemente un cliché, discutamos un poco qué significa esto en la práctica.
Yo sugiero que el debate sobre el gasto lo concentremos en cuestiones de orden muy práctico tales como: si está el Estado logrando entregar más seguridad a las personas, si está el Estado facilitando la vida de las personas para que puedan tomar más y mejores decisiones libremente, si está el Estado logrando que los procesos de interacción entre privados sean más simples y eficientes, si está el Estado facilitando que la iniciativa personal se pueda desarrollar, si está el Estado logrando ser más eficiente a través de cumplir sus tareas con cada vez menos recursos, si está el Estado generando las condiciones para que los innovadores y los emprendedores florezcan en el país. Así como éstas, pueden haber otras medidas más, pero lo importante es poner el foco en el resultado concreto, no perdiendo de vista el rol fundamental del Estado en una sociedad moderna, que es básicamente velar por generar las condiciones necesarias para que cada persona se pueda desarrollar en todo su potencial, a través del ejercicio de su libertad y asumiendo la responsabilidad de sus decisiones.