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Columnistas

La acción climática ha muerto, viva la acción climática

CLAUDIO SEEBACH Decano Facultad de Ingeniería y Ciencias UAI

Por: Equipo DF

Publicado: Miércoles 24 de septiembre de 2025 a las 04:00 hrs.

Pese a la oposición de líderes y gobiernos negacionistas, la falta de progreso en la reducción de emisiones en muchos países y sectores, y la clara evidencia de que el sistema climático está cambiando más rápido de lo previsto, la acción climática no ha muerto.

Chile lo sabe bien. Nuestro país acaba de presentar su nueva Contribución Nacional Determinada (NDC) 2025-2035, el principal instrumento con el que los países firmantes del Acuerdo de París expresan sus compromisos voluntarios para enfrentar la crisis climática. Se trata de la tercera actualización (tras las de 2015 y 2020) y será expuesta en la COP30 de Brasil en noviembre. Este proceso no solo muestra consistencia, sino que ha convertido a Chile en un referente global: un país capaz de superar sus metas gracias a la colaboración público-privada y a la continuidad de políticas climáticas de Estado.

“Chile se ha convertido en un referente global: un país capaz de superar sus metas gracias a la colaboración público-privada y a la continuidad de políticas climáticas de Estado. Esto ha sido clave para que el sector privado invierta de forma sostenida en energías renovables”.

La consistencia de gobierno a gobierno ha sido clave para que el sector privado invierta de forma sostenida en energías renovables. Esto se evidencia en varios frentes: la minería ha optado por contratos de suministro de energías renovables, el transporte público ha integrado buses eléctricos, y tanto la industria como los hogares están en transición hacia modelos de bajas emisiones. Todo esto ha sido posible gracias a políticas estatales que fomentan la apertura al libre comercio, facilitando la rápida adopción de nuevas tecnologías, atrayendo inversión extranjera y promoviendo mercados eléctricos competitivos basados en la inversión privada y contratos a largo plazo, sin necesidad de subsidios ni gasto público.

El sector de generación eléctrica de Chile ha sido el líder indiscutido en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). En 2016 emitió un peak de 32,2 millones de toneladas de CO2, cerca de un tercio de las emisiones totales de Chile, y ya en 2023 emitía un 40% menos o 19,4 millones de toneladas de CO2, gracias al masivo ingreso de energías renovables que en 2024 alcanzaron el 65% de la generación junto al cierre anticipado de centrales a carbón.

Hoy vemos que los grandes desafíos de futuro están vinculados al sector transporte, que emitió 29,4 millones de toneladas de CO2, la industria manufacturera y la construcción que emitió 16,1 millones de toneladas de CO2 en 2023 y los sectores agrícolas y de residuos. Así lo recoge la NDC 2025, que incorpora por ejemplo la construcción en madera como una gran oportunidad de captura de emisiones, como también para un nuevo desarrollo innovador en tecnologías, mediante la elaboración de una Estrategia Nacional de Construcción en Madera que promueva el uso sostenible, seguro y eficiente de este y otros recursos renovables en el sector construcción. La NDC compromete también una forestación sostenible y otras soluciones basadas en la naturaleza que demuestran que es posible promover la inversión privada con regulación adecuada.

Así, Chile es una vez más ejemplo global de lo que es posible lograr con consensos amplios y colaboración público-privada. Hemos avanzado con determinación en acción climática gracias a una adecuada regulación -basada en evidencia científica- y a nuestra capacidad de innovar y generar confianzas que movilizan las grandes inversiones de capital privado necesarias para la lucha contra la crisis climática y un desarrollo sostenible.

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