Los desafíos de un pacto tributario

Fernando Barros Tocornal

El ministro Marcel llamó a lograr un pacto tributario en base a diálogos con los gremios empresariales, académicos y otras organizaciones, para acordar una reforma tributaria con una meta de recaudación de 5 pp del PIB en este gobierno y de 8 pp en dos gobiernos, lo que casi triplica el incremento de recaudación proyectado con la polémica reforma de Bachelet II.

Es loable que se considere a los contribuyentes para una reforma tributaria, ya que con los tributos se extraen recursos del consumo, pero también del mundo productivo, pues en razón de ellos los empresarios traspasan al Fisco fondos que, de otra forma, destinarían a inversión y generación de empleo y riqueza, teniendo como objetivo, en una mirada seria y alejada del populismo, que todos debemos contribuir a un mejor funcionamiento del Estado y sus políticas para el bien de todos los ciudadanos.

Ha llamado la atención la equívoca premisa de que la recaudación tributaria en Chile es muy inferior a la del bloque OCDE y no contribuiría a la redistribución de ingresos. Recordemos que más de la mitad de esa brecha entre Chile y la OCDE se explica por las contribuciones a la seguridad social, las que en la mayoría de los países OCDE se recaudan como impuestos, a diferencia de Chile, donde se transfieren principalmente a instituciones administradoras en forma directa. A su vez, la capacidad recaudatoria de los países depende de sus niveles de ingreso. Entonces, si se observa la recaudación de los países OCDE, sin seguridad social, cuando tenían el mismo nivel de ingreso de Chile, la brecha disminuye a cerca de 3 pp del PIB (Felipe Larraín, 2021; Rodrigo Vergara y Macarena García, 2020).

Se insiste que en Chile la mayor recaudación corresponde al IVA, un impuesto discutiblemente más regresivo. Si se compara la recaudación del IVA en Chile respecto de la OCDE, se observa que en ambos es el 11% del PIB y el principal aporte a los ingresos tributarios. La diferencia radica en una mayor incidencia aparente del IVA en Chile debido a una menor recaudación del impuesto a la renta de las personas. Y esa menor recaudación se explica, en parte, por la exención impositiva a las rentas medias, sumado a que en Chile hay un menor nivel de generación de riqueza que en el general de la OCDE.

Una buena base del pacto sería precisar cuánto contribuirá el Fisco para lograr los recursos que requiere para su programa de gobierno. En especial, buscar eficiencia y racionalizar sus gastos para financiar otras necesidades más prioritarias, tal como lo hacen todos los chilenos. Chile ve la enorme cantidad de recursos del erario fiscal destinada a programas mal calificados y de bajo retorno, a agrupaciones “culturales” que no rinden resultados, al uso de las destinaciones y cargos que debieran servir a la comunidad y no para pagar favores políticos. Durante los últimos 10 años el número de asalariados del sector público ha crecido en promedio cuatro veces más que el número de trabajadores del sector privado.

Un pacto supone respetar la esencia de un sistema tributario justo; que sea neutral, eficiente, simple, sin privilegios, y que asegure la estabilidad de las reglas del juego en un horizonte temporal acorde a la “vida” de las inversiones y la recuperación y rentabilidad del capital y trabajo aportados. La actividad empresarial, la inversión y la decisión de invertir en Chile, y no en el extranjero, pasan por que en Chile exista estabilidad y seriedad tributaria.