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Menores emisiones de deuda pública en 2017

Hermann González Economista Principal BBVA Research Chile

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La última licitación de bonos de la Tesorería por un monto equivalente a US$ 1.750 millones se declaró desierta, generando sorpresa en una parte del mercado. En BBVA Research consideramos que es posible que este monto no se relicite y que incluso no sea necesario concretar la emisión de US$ 1.000 de BTUs programada para octubre. Además, contrario a la visión de consenso, creemos que la principal razón de esto no es precisamente el alza del precio del cobre.

El principal motivo para emitir deuda pública responde a la necesidad de financiamiento del déficit fiscal de cada año. Otras razones incluyen el pago de vencimientos, bonos de reconocimiento, obligaciones con organismos multilaterales y, en el caso del Presupuesto de este año, el aporte de recursos al FEES (Fondo de Estabilización Económica y Social) para restituir los recursos que cada vez que hay déficit fiscal se sacan de dicho fondo para realizar el aporte exigido por ley al FRP (Fondo de Reserva de Pensiones).

De todos estos factores, el que tiene mayor incertidumbre al momento de presentar el Presupuesto al Congreso es el déficit fiscal y esta incertidumbre no viene por el lado del gasto cuyo techo está definido por la Ley, sino que por el lado de los ingresos, que se estiman con una serie de supuestos que pueden no concretarse en el transcurso del año.

La Ley de Presupuestos de este año consideró un déficit fiscal efectivo equivalente a 3,3% del PIB y, en base a ello, solicitó al Congreso una autorización de emisión de deuda pública por hasta US$ 11.500 millones. El grueso de estas emisiones ya se concretó, pero están pendientes

US$ 2.750 millones, de los cuales 64% corresponden a BCP (la emisión que se declaró desierta) y 36% a BCU (una emisión programada para octubre).

Estimamos que estos recursos no serían necesarios para el funcionamiento del gobierno en lo que resta del año, por lo que la autoridad podría decidir no realizar estas emisiones. La razón principal es que el déficit fiscal estimado para este año ha disminuido a 2,6% del PIB, reduciendo significativamente las necesidades de financiamiento del fisco. Una fracción minoritaria de este menor déficit se explica por mayores ingresos del cobre, toda vez que este año la producción del metal será menor a la prevista y que los mayores efectos del alza reciente del precio se verán en la Operación Renta del próximo año. Los mayores ingresos proyectados para este año tienen que ver con una mayor recaudación de otros ingresos y partidas no presupuestadas, como el FUT histórico o las donaciones por los incendios en el sur.

Con un enfoque alternativo, estimamos que los Activos del Tesoro disponibles a la fecha

(US$ 8.000 millones) serían suficientes para financiar la operación del gobierno en lo que

resta del año. Esto confirma que no sería necesario continuar avanzando en el calendario de emisiones, lo cual constituye una buena noticia desde el punto de vista de la situación crediticia de nuestro país y, además, implicará una menor presión alcista sobre

las tasas de interés de largo plazo.

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