Buena inversión
El Pontificio Consejo Justicia y Paz organizó un congreso con el título...
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Padre Hugo Tagle
El Pontificio Consejo Justicia y Paz organizó un congreso con el título “Impact Investing for the Poor”. En éste se busca potenciar la creatividad en pos de inversiones que tengan un impacto positivo en comunidades locales, en el medio ambiente, buscando un rendimiento equitativo en todos sus integrantes. El Papa Francisco animó a los participantes -empresarios, gente de la banca- a tomar conciencia de su importante papel en la superación de la pobreza. El Papa llamó a tomar conciencia de “la existencia de graves situaciones de inequidad, de profundas desigualdades sociales y de las penosas condiciones de desventaja que afectan a poblaciones enteras”. El tema no es menor. Quienes tienen mayor responsabilidad deben “promover el desarrollo económico y social de los más pobres, con fondos de inversión destinados a satisfacer sus necesidades básicas ligadas a la agricultura, al acceso al agua, a la posibilidad de contar con viviendas decentes a precios asequibles, así como a servicios primarios para la salud y la educación”, subrayó.
No se trata de pura caridad o perder plata. Se trata de buenos negocios en que, quien invierta, tenga una rentabilidad razonable y justa. El inversor recibiría quizá menores beneficios respecto a otras formas de inversión, pero tendría la retribución de producir más trabajo, llevar a la gente a más instrucción y a una mejor calidad de vida. “La lógica de estas formas innovadoras de trabajo -ha apuntado el Papa Francisco- es la que reconoce el lazo original entre beneficio y solidaridad y la existencia de un círculo fecundo entre ganancia y don. La tarea de los cristianos es volver a descubrir, vivir y anunciar a todos esa unidad, inapreciable y original entre beneficio y solidaridad”.
La ética debe reencontrar su espacio en las finanzas. “Los mercados se deben poner al servicio del bien común. “No podemos tolerar más -ha exclamado- que los mercados financieros gobiernen las suertes de los pueblos en vez de satisfacer sus necesidades o que unos pocos prosperen recurriendo a la especulación financiera mientras muchos padecen las consecuencias”. La innovación tecnológica ha aumentado la rapidez de las transacciones financieras, pero ese aumento tiene sentido si se demuestra capaz de mejorar la capacidad de servir al bien común.
Una economía que no apunte a integrar a quienes están en los márgenes de ella es una economía que no sirve. Empobrece. Al contrario, aquella que integra a todos los miembros de una sociedad, enriquece. Hacer de los propios talentos y medios un camino de servicio es, paradojalmente, ganar más.