Padre Hugo Tagle

Hasta el último hombre

Por: Padre Hugo Tagle | Publicado: Lunes 27 de febrero de 2017 a las 04:00 hrs.
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Ayer se entregaron los premios Oscar 2017. Escribo estas líneas antes de su entrega, pero con la seguridad de que la película de Mel Gibson, Hacksaw Ridge (Hasta el último hombre), se llevará más de un premio.

La cinta trata la historia real de Desmond Thomas Doss (1919-2006), el primer objetor de conciencia que recibió la medalla de honor del Ejército norteamericano durante la Segunda Guerra Mundial, por su heroísmo en la batalla anfibia de Okinawa, en la que murieron unos 250.000 hombres. Con un gran realismo y vigorosidad, Gibson rescata tanto la nobleza, como la simplicidad de un hombre que sigue su recta conciencia y es capaz de llegar al heroísmo por no transar en sus justas convicciones.

La adscripción de Thomas Doss a su fe cristiano-adventista le impedía empuñar las armas, pero quiso alistarse como médico, y así servir a su país. Sin aspavientos ni el afán moralista de imponer a otros esa idea, Gibson hace del personaje un “héroe de la conciencia” que quiso ser fiel a sus convicciones.

Según Gibson, no estamos ante una película bélica, sino ante una historia de amor, de amor al ser humano, a la lealtad, al prójimo, a Dios. Lo de no tomar las armas se transforma en un elemento casi secundario. Al final, triunfa el amor a la vida, en cualquier situación en que ésta se encuentre.

El tema es hoy particularmente importante, ante la discusión de la despenalización del aborto. La vida hay que protegerla siempre. Siempre vale la pena vivir y dejar vivir. Hay pasajes en la película particularmente conmovedores, en los que Doss rescata a varios soldados, uno a uno, que no tienen casi ninguna esperanza de vida. De hecho, en un momento de gran tensión, en medio de la balacera, un compañero le llama la atención y le dice que no vale la pena preocuparse de los heridos, sobre todo si están tan mal. Pero no. Doss no pierde las esperanzas y ¡va en ayuda justamente de los que tenían menos posibilidades de sobrevivir!

Puede ser que la cinta abuse de los elementos belicistas, con una crudeza innecesaria para el objeto final del relato. Pero ello no le resta credibilidad ni la transforma en puro alarde ampuloso o afectado. El personaje central es honesto consigo mismo, con los demás y con Dios. Sigue su recta conciencia y no impone a otros sus creencias. Simplemente las vive. Y eso es lo que finalmente conmueve y convence.

Ejemplos de entrega a los demás, sin imposiciones, con humildad, heroísmo, de defensa de la vida, son necesarios en nuestro tiempo.

Hasta el último hombre. Nadie sobra.

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