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Pensiones dignas y cambios estructurales: un nuevo sistema previsional para Chile.

El aporte Fiscal es necesario y debe fortalecerse, pero al mismo tiempo es insuficiente. Se debe avanzar a un sistema mixto que integre capitalización individual con reparto y/o solidaridad inter e intra generacional.

Por: Diputado Raúl Soto (DC) | Publicado: Martes 5 de febrero de 2019 a las 04:00 hrs.
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Diputado Raúl Soto (DC)

Hoy nos enfrentamos a un nuevo debate previsional. Al año 2019 las pensiones siguen siendo bajas y el sistema de AFP esta profundamente deslegitimado en la sociedad chilena.

La receta actual de ahorro individual subsidiado por el Estado esta obsoleta. Se requiere urgentemente una nueva receta que incorpore elementos de seguridad social y se ajuste a la realidad del mercado del trabajo, donde hay bajos salarios (50% gana menos de 380 mil y el 70% gana menos de 550 mil), con una tremenda brecha de género (32%), altas tasas de informalidad (29%) y en consecuencia los trabajadores no tienen la capacidad de ahorro que un sistema individualista requiere, generando bajas pensiones (el 79% de los pensionados esta bajo el salario mínimo y el 44% esta bajo la línea de la pobreza).

Ante este escenario nos asiste el deber moral de no quedarnos en la inacción. Tenemos una oportunidad histórica de avanzar en un gran acuerdo político y social que nos permita resolver el problema de las bajas pensiones, actuales y futuras, autofinanciadas y subsidiadas; y realizar cambios estructurales al sistema de pensiones que permitan dotarlo de legitimidad y sostenibilidad.

Con ese objetivo podemos delinear algunos principios que no deben quedar fuera del debate:

1. Transitar de un sistema individualista subsidiado por el estado a uno de seguridad social. El actual sistema previsional no es de seguridad social. Es un sistema individualista donde cada trabajador ahorra en una cuenta individual administrada por las AFP. Dicho sistema se encuentra limitado por la realidad de un mercado del trabajo que sigue siendo precario. El sistema está subsidiado por el Estado, quién a través del Pilar Solidario mitiga los efectos mas drásticos subsidiando a los jubilados más precarios a través de la PBS y la APS. Consideramos que el aporte Fiscal es necesario y debe fortalecerse, pero al mismo tiempo es insuficiente. Se debe avanzar a un sistema mixto que integre capitalización individual con reparto y/o solidaridad inter e intra generacional.

2. Se debe cotizar más para mejores pensiones. El 10% de cotización es claramente insuficiente para alcanzar mejores pensiones en el largo plazo y tenemos que acercarnos mucho mas al estándar OCDE que oscila cercano al 19%. Sin embargo, cualquiera sea el aumento que se logre permitirá contar con recursos para financiar las pensiones futuras, pero en su estructura actual, como único componente del sistema contributivo, no resuelve adecuadamente las bajas pensiones actuales. El ahorro individual no basta para alcanzar pensiones dignas, se requiere un cambio estructural que incorpore un nuevo componente solidario.

3. La solidaridad entre quienes cotizan y toda la población permite impactar de inmediato en las actuales pensiones. Para ello desde el comienzo parte de la nueva cotización debe pasar a la población pasiva presente (solidaridad intergeneracional). Asimismo, parte del nuevo aporte debe destinarse a las cuentas de otros trabajadores que hoy ahorran menos (solidaridad intrageneracional). De esta forma, incorporamos un nuevo componente de solidaridad al sistema, se dota de sostenibilidad fiscal y se avanza a una lógica de seguridad social.

4. Cotizaciones adicionales con lógica de seguridad social. El aumento de la cotización debe administrarse bajo una lógica diferente al ahorro individual, permitiendo resolver aspectos sensibles del sistema, a través de fondos de ahorro colectivos. Esta fórmula facilita que los actuales cotizantes colaboren con el mejoramiento de las pensiones de los actuales pensionados y que los actuales cotizantes que fuimos mas favorecidos por el mercado laboral y podemos ahorrar mas, colaboremos también con aquellos que no han tenido esa posibilidad. Se trata de entender que es responsabilidad de todos, del conjunto de la sociedad, asegurar pensiones dignas para los chilenos.

5. Competencia público-privada. Debemos avanzar a un sistema mixto que incorpore nuevos actores a la administración del total de la cotización, la actual y la nueva, considerando otros actores privados en igualdad de condiciones y nuevos actores públicos que permitan generar una alternativa con la cual hoy los cotizantes no cuentan. Esta fórmula le da dinamismo y competencia al sistema y al mismo tiempo lo dota de mayores grados de legitimidad.

6. Aumentar la regulación, transparencia y participación social. El régimen previsional debe introducir más regulación, reforzar el rol de la Superintendencia, con mayores grados de control y fiscalización para terminar con la percepción de abuso que existe en los usuarios del sistema y con reglas mucho mas claras y transparentes para la ciudadanía. Un claro ejemplo son las comisiones, entre ellas, las de intermediación, por colocación de fondos, cuyos costos debieran ser asumidos por las AFP. Asimismo, consideramos necesario incorporar mecanismos de participación social que permitan a los cotizantes tener algún grado de incidencia en los procesos de toma de decisiones respecto a sus ahorros, por ejemplo, en materia de inversión. De esta forma, se refuerza el sentido de propiedad sobre los ahorros, que hoy esta muy debilitado y se avanza en legitimidad.

Sobre estos elementos, a lo menos, esperamos que descanse el debate previsional que se llevará a cabo con mayor intensidad desde marzo próximo en la Comisión de Trabajo y Seguridad Social de la Cámara de Diputados. Solo así será posible avanzar en la construcción de un consenso que permita a Chile tener una reforma previsional que mejore significativamente las pensiones de todos los chilenos y cambie el sentido del sistema con modificaciones estructurales, que la hagan legítima y sostenible en el tiempo, tanto desde el punto de vista fiscal, como político y social. No queremos un maquillaje, la invitación es transitar hacia un sistema mixto de seguridad social que sea, ahora sí, el "milagro chileno".

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