Columnistas

¿Quién tiene la razón?

  • T+
  • T-

Compartir

El mercado accionario de los Estados Unidos lleva seis meses sin una toma de ganancia (o corrección) de más de un 5%, de hecho las acciones han subido casi ininterrumpidamente por 89 días.

La última vez que el mercado tuvo una corrida de esta magnitud sin una corrección de al menos 3% fue en 1987. No obstante aquello, en ese mismo año, cuando la tendencia era imparable, se produce una repentina corrección de aproximadamente 30% en menos de un mes. Supuestamente el mercado accionario tiene la particularidad de poder anticipar o reflejar el ciclo económico con bastante exactitud, pero evidentemente no está exento a dislocaciones de asignación de capital.

¿Y qué pasa con el cobre? Debido al uso generalizado del cobre en la mayoría de los sectores de la economía -de las casas y las fábricas, la electrónica y la generación y transmisión de energía-, la demanda de este metal se ve a menudo como un indicador fiable de la salud económica. Esta demanda o uso se ve reflejado en el precio de mercado del cobre.

En general, el aumento de los precios del cobre sugiere una fuerte demanda de cobre y, por lo tanto, una economía mundial cada vez mayor, mientras que la disminución de los precios del cobre puede indicar la escasa demanda y la desaceleración económica inminente. El precio del cobre viene declinando en forma pronunciada desde fines del año 2011 y en particular ha retomado su tendencia bajista en los últimos seis meses.

Tradicionalmente los excesos en ambos tipos de activos son resueltos con movimientos muy pronunciados y rápidos tanto hacia el alza como la baja. Por lo tanto, y dada la condición de los mercados mundiales, cabe claramente la gran probabilidad de que o el cobre registre una subida en términos relativos a las acciones muy importante, o que las acciones registren una importante caida, y particularmente mayor a la del cobre.

En cualquiera de ambos casos es muy probable que la ocurrencia nos deje un veredicto definitivo de qué estará sucediendo a mediano plazo en las economías desarrolladas. Si el cobre es un buen indicador, entonces es hora de sobreponderar la inversión en activos más conservadores y líquidos.

Lo más leído