Rafael Mies

Kennedy a 50 años de su liderazgo

Por: Rafael Mies | Publicado: Jueves 25 de octubre de 2012 a las 05:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

Rafael Mies

Rafael Mies

En el último debate entre el senador Romney y el presidente Obama se recordó en varias oportunidades el liderazgo de Kennedy. Cosa que ha más de alguno ha molestado.



Más allá del gran número de “seguidores devotos” de Kennedy, que casi lo han han canonizado o “detractores implacables” que han intentado restar todo valor a su figura; la verdad sea dicha, los cortos años de su gobierno fueron muy importantes para el pueblo americano. Su sentido de liderazgo, por la amplitud de las materias abordadas, tuvo un impacto mundial indudable. Para entender la personalidad de Kennedy me gustaría recordar aquella anécdota en torno a su decisión de poner un hombre en la luna. Cuenta la historia que el 25 de mayo de 1961, cuando el presidente Kennedy anunció al mundo el programa Apollo, en que Estados Unidos al final de la década pondría un hombre en la luna y lo traería de vuelta sano y salvo, lo hizo sin tener planes concretos de la NASA de cómo hacerlo.

A los pocos días, Kennedy convocó a su Despacho Oval al encargado del Programa Apollo, y le pidió que le relatara sus planes para llegar a la luna antes de años años.

Este, haciendo acopio de coraje, le explicó que en el estado actual de las cosas, EEUU no tenía ninguna capacidad de cumplir ese plan. No contaban con los materiales necesarios, los combustibles no permitían semejante esfuerzo, los sistemas de navegación apenas si permitían que una cápsula se mantuviera en órbita unas pocas horas antes de caer por efecto de la gravedad.

Kennedy llamó al director de la NASA para solicitarle que al día siguiente enviara otro director de proyecto, uno capaz de cumplir el desafío que Estados Unidos se había propuesto como líder mundial. El segundo candidato explicó exactamente lo mismo, por lo que también fue rechazado por Kennedy.

El tercer candidato entró solo al Despacho Oval con las manos en los bolsillos y sin ningún material de apoyo. Cuando Kennedy le pidió su exposición, simplemente dijo: “Señor presidente, le tengo que decir que lo que le informaron los dos anteriores directores es absolutamente cierto pero, agregó rápidamente, si tomamos el 20% del presupuesto y lo invertimos en las mejores universidades para que desarrollen los materiales, tomamos otro 20% y lo destinamos a investigación de combustibles, otro 20% en desarrollo de sistemas de navegación, y un 20% final en un plan de entrenamiento de astronautas, en diez años seremos capaces de llegar a la luna y volver sanos y salvos a casa”.

Kennedy se quedó mirando fijamente al nuevo director y a cabo de un largo rato le respondió: “Su plan me parece un poco caro, pero siéntese y hablemos”. Y todos conocemos el final de la historia.

Algo bastante parecido sucedió con el bloqueo a la flota soviética en las costas de Cuba.

Seguramente Kennedy tuvo cosas malas, y quién no, pero al menos su capacidad de empujar iniciativas que en primera instancia aparecen como imposibles, no es sino un buen aval de su extraordinario liderazgo. Al menos, en este sentido, el reconocimiento hecho por ambos candidatos me parece bien justificado.

Lo más leído