Verónica Neghme

Papel de las nuevas tecnologías de la información en la política

Los recientes comentarios asociados a la crisis que atraviesan países geopolíticamente claves del Medio Oriente como son Egipto...

Por: Verónica Neghme | Publicado: Miércoles 9 de marzo de 2011 a las 05:00 hrs.
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Los recientes comentarios asociados a la crisis que atraviesan países geopolíticamente claves del Medio Oriente como son Egipto, Túnez, Libia, parecen atribuir un rol clave en el derrocamiento de presidentes al uso de las redes sociales y a las nuevas tecnologías de la información, en países donde las redes han sido proscritas o censuradas y en una región donde existen disparidades tanto en la distribución como en la utilización de las nuevas tecnologías de la información. 


Sería pretencioso atribuir tanto poder a estas herramientas de comunicación sin considerar las condiciones políticas (dictaduras), económicas (colapso de la economía, pobreza, desempleo) y de descontento social existentes en los países mencionados. Estas adversas condiciones llevaron a protestas de la opinión pública en las calles, las que a su vez fueron organizadas a a través de las redes. 
Lo que en definitiva estamos presenciando es un nuevo paradigma en la visión de la política a la luz del uso de estas nuevas tecnologías, en donde los Estados ya no son los únicos actores en el proceso de toma de decisiones y gracias a estos nuevos medios, como afirma Diego Beas en su reciente libro “La reinvención de la política”, las prácticas políticas se enfrentan a un cambio vertiginoso, en un nuevo modelo menos jerárquico y vertical. 
Las nuevas tecnologías son instrumentos, así como lo fueron la radio en su momento, la televisión, que cambió el modo de hacer campañas en Estados Unidos y en el mundo a partir de J.F Kennedy. La campaña de Obama según Beas, al hacer uso de complejas herramientas informáticas y de redes sociales, permitió asignar recursos, realizar un marketing electoral con resultados eficaces, recaudar fondos y estar en comunicación cotidiana con los ciudadanos, lo que significa según el autor, una verdadera reinvención de la política. El origen de este cambio radical, a mi juicio, viene a incorporar de lleno a la opinión pública en el proceso de toma de decisiones, en donde ella encuentra en Internet un instrumento rápido, simultáneo para comunicarse no solo con los gobernantes sino con sus pares, organizarse rápidamente para movilizaciones y manifestaciones de protestas. 
Lo que se ha visto en Medio Oriente también lo hemos conocido en China, en Chile. Los cambios radicales no se producen por el uso de las herramientas nuevas de comunicación, porque ellas no sustituyen políticas o procesos. Lo que hacen los nuevos medios es servir de catalizadores, acelerar procesos o cambios, establecer formas más directas de relacionamiento con los tomadores de decisiones y hacer más transparentes las estructuras de poder. Hoy parece que nada puede ser secreto o que todo se sabe. 
En definitiva, estos nuevos medios puedes ser utilizados para el bien (promover más transparencia, conectar a los ciudadanos con sus gobernantes) o para el mal (desacreditar personas, insultarlas, asesinatos de imagen, etc). El papel de estos nuevos medios significa un cambio de paradigma en la forma de hacer política, pero en ningún caso, la sustituye. Si buenas políticas logran dar esperanzas a la gente y mejorar el sistema, éste sobrevivirá, aún con las nuevas herramientas de comunicación.

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