Editorial

Biomasa eimpuestos verdes

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En momentos en que en el Senado ya comienza a debatirse en forma desmenuzada el proyecto de ley de reforma tributaria, comienzan a aparecer voces que apelan a corregir aspectos puntuales de la misma que se estima no están adecuadamente justificados o sustentados. Se trata de una discusión que se anticipa provocativa y en donde los argumentos técnicos prometen jugar un papel relevante.

Ese es el caso de un tema que ha hecho ver el presidente de la Sofofa, quien estima inexplicable que entre los llamados impuestos verdes se incluyera la energía generada con biomasa. Un error, dicen en el sector industrial, que se deriva de la omisión y que se espera se arregle en el proceso legislativo.

Dentro de las llamadas Energías Renovables No Convencionales (ERNC) hoy la biomasa que se consume en calderas es el combustible que tiene la mayor participación. Diversos antecedentes avalan su inclusión dentro de estas fuentes de generación, en especial por lo que supone en materia de reducción de residuos orgánicos y de las emisiones que generan los mismos. A ello se suma el que la biomasa es una forma de combustible renovable, sustentable y procedente de productos que en su producción en terreno capturaron CO2 atmosférico, sin mencionar otros alcances favorables en empleo y reducción de incendios forestales.

En un mercado donde el costo de la energía es alto y en donde socialmente hay alta sensibilidad a consideraciones ambientales la autoridad debiera acoger en esta materia planteamientos que aparecen como razonables y revisar la inclusión de esta fuente de generación entre los impuestos verdes.

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