Editorial

Persistente debilidad de la productividad

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Las previsiones de los expertos para el próximo año y siguientes son portadoras de noticias preocupantes en materia de productividad, ya que en 2017 se encaminaría a consolidar su quinto año de caída, para luego dar paso a una dinámica de anémicas alzas hasta el año 2022.

La situación adquiere ribetes aún más preocupantes si se considera que la caída estimada de 1,2% para el presente año sería la quinta baja consecutiva, lo que pone más presión y urgencia a la implementación de medidas que permitan salir del pantano en que parece estar quedando atrapada la economía. Se trata de un imperativo aún más relevante si se conviene que la economía necesita remontar sus nieveles de crecimiento con energía, tras uno de los cuatrienios más mediocres en décadas.

A este nivel parece evidente que las autoriades no requieren de más o nuevos diagnósticos, ya que distintos grupos de expertos convocados a nivel privado y público han identificado falencias y sugerido medidas que se deben abordar para comenzar a invertir la incómoda ecuación en que está la economía.

Las estimaciones de los expertos conocidas esta semana no hacen sino exhortar a quienes aspiran a asumir la conducción del país en 2018 a ser claros hoy en sus planes de gobierno respecto de qué importancia tendrán en su eventual gestión el crecimiento y la productividad, temas que como dijo el expresidente Lagos deben ser centrales, ya que todo lo demás “es música”.

El país no puede seguir postergando acciones en estos ámbitos, ya que en distintas dimensiones la economía acusa cierto estrés, sobre todo a nivel fiscal, y es evidente que ya no es posible darse el lujo de volver a sufrir una sanción en la nota de riesgo.

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