Sostenido deterioro en las expectativas
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El Banco Central ha dado a conocer los resultados de la Encuesta de Expectativas Económicas (EEE) de marzo, que dan cuenta de un nuevo deterioro en el ya persistente escenario de debilidad que se anticipa por tercer año consecutivo para la economía nacional, y que la autoridad no ha detenido pese al transversal llamado en los distintos sectores productivos al despliegue de medidas que permitan reactivar la actividad.
En efecto, de acuerdo con los resultados del sondeo, la mediana de las respuestas de 60 académicos, consultores y ejecutivos o asesores de instituciones financieras estimó un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de país de 1,7% para todo 2016, es decir dos décimas por debajo que el cálculo que se había anticipado la EEE de febrero y más abajo del piso proyectado tanto por el propio Banco Central como por el Ministerio de Hacienda para este año.
Así, parece claro que a pesar del discurso de la autoridad en que se enfatiza la importancia del crecimiento -algo que ha sido especialmente más notorio en medio del recorte en el gasto fiscal que acaba de anunciar Hacienda-, lo cierto es que ante la falta de pasos concretos para reanimar a la economía y que efectivamente sean tangibles en los distintos sectores productivos, es difícil vislumbrar un cambio en la preocupante trayectoria de las expectativas. Nadie en el país debiera resignarse a observar cómo las proyecciones siguen decayendo hasta situarse prácticamente en el suelo y más bien son señales que deberían llamar a la acción en torno un diagnóstico compartido desde hace meses por distintos líderes económicos y políticos del país.
