Un retiro que empeora las cosas

 inicios del actual mandato, cuando la oposición apoyó el proyecto para reducir sin más la jornada laboral a 40 horas por semana, el gobierno respondió inicialmente resaltando y defendiendo las ventajas de su propuesta de flexibilidad laboral, sólo para poco después presentar su propia iniciativa de reducción de jornada, a 41 horas semanales.

Esa decisión de responder a una mala idea con otra también mala, salvo matices, se ha vuelto a ver ahora con el anuncio de que el Gobierno enfrentará el proyecto parlamentario del tercer retiro previsional adelantado -que hasta hace días criticaba por muy buenas razones- con una iniciativa equivalente, con algunos cambios. Que al mismo tiempo La Moneda anuncie que no retirará el requerimiento contra el proyecto del Congreso interpuesto ante el Tribunal Constitucional, parece una defensa simbólica muy superada por un contexto político tensionado y poco constructivo, donde el peso de la evidencia ya no parece importar, como se ha visto en distintas iniciativas de ley recientes.

En esta edición entregamos detalles del proyecto y de la dura polémica que, previsiblemente, ya está generando. En esencia, pese a que mitiga algunos efectos de la iniciativa del Congreso, termina concediendo la lógica de fondo, que hasta ahora el Gobierno había rechazado: que la crisis justifica recurrir a los ahorros previsionales, pese al daño que ello causará a las pensiones y al hecho de que, en la práctica, no se estará ayudando a quienes más lo necesitan en las actuales circunstancias.

Más aun, al introducir una nueva cotización y un nuevo bono se aumenta la carga tanto sobre las empresas como el Fisco en el peor momento, con posibles impactos en el mercado laboral vía mayores costos de contratación, como ya señalan algunos gremios. Todo lo cual resulta de un proyecto hecho bajo presión y mirando sus consecuencias políticas (y comunicacionales), antes que su real costo.

Lo dijo el ministro de Hacienda: “Vamos a salir con una mochila más pesada hacia adelante, con más deuda y menos ahorro”. Lo que se habrá conseguido con ello es enteramente discutible.