Al primer ministro griego se les están agotando el tiempo y las opciones para mantener a flote al país y por eso está echando mano a recursos desesperados. Alexis Tsipras ordenó ayer a los gobiernos locales transferir sus depósitos desde los bancos comerciales al banco central. La medida "fue implementada debido a necesidades extremadamente urgentes e imprevistas", señala el decreto oficial, que podría recaudar cerca de US$ 2.150 millones, según dos fuentes cercanas a la medida.
Con las negociaciones sobre un rescate estancadas, el premier necesita efectivo para pagar salarios, pensiones y para cancelar sus compromisos con el Fondo Monetario Internacional.
Tras la medida, el rendimiento del bono griego a tres años se disparó a su nivel más alto desde que el país reestructuró sus deudas en 2012.
Riesgo de default en 81%
Un impago del país sobre sus deudas por 3.130 millones de euros y una salida de la unión monetaria serían traumáticos para la zona euro y sumirían al país en una crisis de proporciones, señaló Christian Noyer, del consejo de gobernadores del Banco Central Europeo, al periódico francés Le Figaro.
Los nuevos recursos podrían ser justo suficiente como para pagar salarios y cancelar un tramo de 770 millones de euros al FMI el 12 de mayo.
Los intereses sobre los bonos del gobierno griego a tres años se dispararon 183 puntos base a 28,58% ayer por la tarde.
Los canjes de impago de crédito (CDS, su sigla en inglés), seguros ante un eventual default usados por los inversionistas como una medida de riesgo, sugerían una posibilidad de 81% de que Grecia caiga en moratoria en los próximos cinco años, comparado con 67% a comienzos del mes pasado, según datos de CMA.
Grecia y sus acreedores siguen trabados en las discusiones mientras se acaba el tiempo para un acuerdo, y las partes ni siquiera han podido definir las metas del presupuesto 2015, muchos menos las políticas necesarias para poder conseguirlas, comentó a Bloomberg una autoridad que está representando a los financistas, pero que pidió reserva de su identidad.
Los líderes europeos quieren que Grecia haga mayores avances en su reforma económica, que será analizada en una cumbre el 24 de abril en Riga, Letonia. El vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, dijo en Washington que los acreedores podrían tener que esperar hasta mediados de mayo para saber qué puede cumplir Atenas.
Siguen desafiantes
Las autoridades griegas seguían desafiantes el fin de semana, señalando que el gobierno no traicionará su promesa electoral aumentando el sufrimiento provocado por las medidas de austeridad. Nuestros "denominados socios quieren chantajear" a Grecia. Pero "no traicionaremos el mandato popular", dijo el ministro de Energía , Panagiotis Lafazanis.
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