A solicitud del presidente italiano, Sergio Mattarella, el primer ministro Matteo Renzi permanecerá en su cargo hasta que el senado apruebe –en un par de días– el presupuesto de la nación para el año 2017.
La decisión fue tomada ayer en una reunión entre ambos líderes en la que el premier presentó formalmente su dimisión, luego de haber sido derrotado el domingo en el referendo constitucional, cuyo resultado sumió al país en un limbo político.
Sin embargo, la crisis trasciende la esfera gubernamental y amenaza la salud de los bancos nacionales, lo que podría profundizar además los problemas de la eurozona.
La atención se ha centrado en el Banco Monte dei Paschi di Siena, el tercer prestamista más grande del país, en cuyos libros está el peso muerto de más de 46.000 millones de euros en préstamos incobrables.
El banco más antiguo del mundo se encuentra en medio de un plan de rescate por 5.000 millones de euros (US$ 5.300 millones) para finales de año y ha quedado completamente vulnerable a la inestabilidad del gobierno. Necesita recaudar la cifra este mes para evitar su colapso, pero la opción ha quedado en vilo ante la posibilidad de que se realicen elecciones anticipadas.
Los títulos de la entidad llegaron a caer ayer hasta 7% y cerraron con un descenso de 4,21% hasta 18,68 euros. Sus acciones han bajado más de 83% este año, un tercio de su libro de préstamos se ha resentido y, desde la crisis de 2008, ha perdido 99% de su valor.
Monte dei Paschi, calificado como el prestamista más débil en las pruebas de solvencia europeas del verano boreal, había planeado conseguir un compromiso firme de uno o más inversionistas y lanzar una oferta de acciones esta semana.
Sin embargo, banqueros le pidieron ayer prepararse para un rescate por parte del Estado este fin de semana, ante la dificultad de conseguir que Qatar haga un aporte de 1.000 millones de euros. El directorio de Paschi tiene previsto reunirse hoy.
Efecto dominó
La crisis actual no es sólo de Monte dei Paschi. UniCredit –el mayor banco de Italia–, Banca Carige y el Banco Popolare son algunas de las entidades que se han visto afectadas por problemas de capitalización y créditos dudosos, evaluados en cerca de 400.000 millones de euros, un tercio del total de la zona euro.
Ewald Nowotny, miembro del consejo del Banco Central Europeo (BCE), consideró que quizá será necesario utilizar dinero público para rescatar algunos de los bancos de la nación, incluyendo la toma de participaciones en ellos.
Sin embargo, Jeroen Dijsselbloem, presidente del Eurogroup, se mostró confiado en que Roma tenía “instituciones fuertes” que podían manejar las consecuencias financieras de la consulta, y expresó confianza en que la banca italiana podrá hacer frente a la tormenta. Para él, no será necesaria una intervención de emergencia.
Precisamente, mientras los bonos del gobierno y las acciones cayeron con fuerza por la preocupación de que la inestabilidad en la tercera mayor economía de la eurozona empeore la crisis financiera, el mercado frenó las pérdidas y dio señales de calma ante un resultado que se había contemplado. Las bolsas del continente se recuperaron y el euro revirtió su caída, tras tocar su mínimo en 20 meses poco después de que la propuesta de Renzi fuera rechazada por 59,1% de los votantes.
Limbo político
Luego de la sesión del senado en la que se apruebe el presupuesto, el premier se convertirá en el segundo líder europeo en abandonar el poder, siguiendo los pasos de su par británico, David Cameron, en junio. Ambos se perfilan como víctimas del movimiento anti-establishment que impulsó a Donald Trump hacia la Casa Blanca y a los británicos fuera de la UE.
El resultado deja a Mattarella en la búsqueda de un nuevo gobierno. Las encuestas sugieren que una elección anticipada, como proponen opositores a Renzi, vería al Movimiento Cinco Estrellas (M5S) avanzar hacia el poder. Por ello, partidos tradicionales presionan por una reforma electoral previa a los comicios.
El ministro de Finanzas, Pier Carlo Padoan, suena como potencial sucesor de Renzi, así como el titular de la cartera de Transporte, Graziano Delrio; el de Cultura, Dario Franceschini; y el líder del Senado, Pietro Grasso.
Marco Caccioto: "Italia está acostumbrada a la inestabilidad política"
Por María Akbulyakova
- ¿Será una batalla difícil para aprobar el presupuesto? ¿Hay posibilidad de que Matteo Renzi siga en el cargo después?
- El presupuesto será aprobado, ya que Renzi cuenta con mayoría en el parlamento. Sin embargo, no creo que se quede después de eso. Habrá otro gobierno que también dispondrá de la mayoría.
- ¿Qué pasará con la economía ahora? Hay preocupación creciente por el sistema bancario.
En el caso de que el nuevo primer ministro sea el ministro de Finanzas, Pier Carlo Padoan, será una señal de estabilidad. Actualmente, no diría que hay grandes preocupaciones por parte del mercado. Sin embargo, sí de las personas, y muchos votaron por la economía: en 100 ciudades con mayor desempleo el voto por el No fue de 65,8%; en cambio, en 100 ciudades donde la cifra es menor, el Sí ganó con 59%.
- ¿Qué ofrece el M5S que protagonizó la campaña por el No, en términos de economía?
- No sabemos todavía, porque el M5S es un movimiento contra el sistema, no tienen programa aparte de su retórica anti-europea. Lo tienen que anunciar ahora. Sobre su propuesta de referendo por la salida de la Unión Europea, la constitución actual no lo permite.
- Renzi fue un político anti-establishment cuando llegó al poder, ahora está el M5S. La historia se repite.
- Sí, en Italia tenemos un nivel de confianza en políticos muy bajo. Cuando Renzi empezó, prometió cambiar toda la clase política. Ahora él es parte de ella. Pero el problema principal es que no fue capaz de mostrar buenos resultados en economía. Sin embargo, creo que tiene la posibilidad de ganar las próximas elecciones en caso de presentarse.
- Para los movimientos anti-establishment, ¿cuál es el mejor escenario: elecciones anticipadas en 2017 o elecciones programadas para 2018?
- No creo que las elecciones sean pronto. Antes, el país tiene que aprobar una nueva ley electoral, lo que tomará por lo menos seis meses. Además, el presidente de la república, que tiene la última palabra, dejó en claro que no quiere que la votación sea ahora. Los movimientos anti-establishment tienen buenas posibilidades si el gabinete no logra mejorar la situación económica. Sin embargo, es imposible que formen una alianza: hay partidos moderados de centro-derecha, extrema derecha, el M5S, movimientos de izquierda. Todos ellos votaron en contra de Renzi, pero no son una coalición. En cambio, el nuevo gobierno tendrá la mayoría para pasar las reformas necesarias.
- ¿Qué significa el triunfo del No para Europa?
- La mayor preocupación para la UE es la crisis económica e inestabilidad política en el país. Pero Italia está acostumbrada a la inestabilidad política, nosotros podemos encontrar estabilidad en períodos de inestabilidad. Aparte de que tenemos un banco que está en problemas, yo diría que no hay una gran preocupación por la situación en general.
VER MÁS
MARKET DATA
<%userdata?.email%>
Editar perfil
Credencial
Salir
(Twitter)
Instagram
Facebook
LinkedIn
YouTube
TikTok
Alto contraste
Italia
