Golpeado por los escándalos que vinculan su campaña presidencial con representantes del gobierno ruso, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha tenido resultados mixtos en su primer semestre en la Casa Blanca. Su agenda de reformas no ha logrado levantar el vuelo y tampoco ha impulsado el proteccionismo económico que defendió durante su campaña. Sí ha logrado impulsar medidas concretas sobre el control migratorio y reservado dinero para su muro en la frontera con México.
A punto de cumplir sus primeros seis meses como presidente de la primera economía mundial, la exestrella de reality shows y magnate inmobiliario enfrenta el fantasma de un impeachment, múltiples investigaciones y la creciente presión de sus electores para que cumpla su promesa de "hacer a EEUU grande de nuevo".
"Haremos el mayor recorte de impuestos en la historia"
La Casa Blanca no ha dado más detalles sobre su idea de rebajar en 20 puntos los impuestos corporativos desde abril. En esa oportunidad, señaló que recortaría de 35% a 15% los gravámenes de empresas, reduciría de siete a tres los tramos de tributos personales y simplificaría el sistema. Hasta ahora, la iniciativa no ha llegado al Congreso.
Los desafíos son múltiples. La semana pasada, un estudio del Centro de Políticas Tributarias, un organismo no partidista, determinó que el costo fiscal de la propuesta sería de US$ 7,8 billones (millones de millones) en diez años. Agregó que la propuesta beneficiaría en mayor medida al 1% más rico de la población, que vería subir sus ingresos en un 17,8%. En respuesta, Washington ha asegurado que el crecimiento del PIB llegará al 3% y que impulsará los ingresos fiscales, lo que también ha sido puesto en duda por expertos.
Pero antes de convencer al parlamento de que el plan no agravará el déficit fiscal ni generará rechazo popular, Trump debe presentarlo. Para ello, espera cerrar otra discusión: la del llamado Obamacare, cuyos ahorros darían argumentos para impulsar la rebaja tributaria. La Casa Blanca necesita ambos cambios este año: lograr una reforma tributaria en 2018, un año electoral, es mucho más difícil.
"Vamos a derogar y reemplazar Obamacare inmediatamente"
Durante toda su campaña y también desde que llegó a la Casa Blanca, Trump ha repetido la idea de que el sistema de salud instaurado por su antecesor, Barack Obama, es un desastre. Su partido republicano, que cuenta con mayoría en ambas cámaras parlamentarias, está de acuerdo. Y por eso la expectativa era que el trámite fuera rápido.
Pero no lo ha sido. La semana pasada, los senadores oficialistas presentaron su tercer proyecto: el primero no sobrevivió al primer trámite y el segundo, que sí pasó esa fase, no tuvo la misma suerte en la cámara alta. El nuevo proyecto está en manos de la Oficina de Presupuestos del Congreso (CBO), la misma que alertó que las primeras dos iniciativas dejarían a más de 20 millones de estadounidenses sin cobertura médica en una década.
La iniciativa corre contra el reloj. El senado ya postergó en dos semanas su receso de verano, programado inicialmente para el 31 de julio, con la esperanza de sacarla adelante antes de las vacaciones. De no lograrlo, el calendario del Congreso se verá muy complicado en el segundo semestre, cuando, además de Obamacare, necesita aprobar la reforma tributaria y discutir una ampliación del techo de la deuda fiscal.
Acabaré con la inmigración ilegal y protegeré las fronteras"
Apenas una semana después de haber asumido el cargo, Donald Trump firmó una orden ejecutiva que prohibía la entrada a personas provenientes de siete países de mayoría musulmana, los cuales, calificó como "Estados fallidos". La decisión, que no fue explicada a organismos de control de fronteras, generó caos en los aeropuertos y, una semana más tarde, fue frenada por varias cortes en distintos estados.
Pero Trump insistió. Defendió la medida ante la Justicia y, más tarde, presentó nuevas versiones del decreto, sacando de la lista a Irak.
Finalmente, hace tres semanas, la Corte Suprema decidió dar un visto bueno temporal a parte de la medida, restringiendo la entrada al país de personas provenientes de seis países, pero con ciertas condiciones: se respetarán las visas existentes y las relaciones cercanas de parentezco.
Ha sido una de las promesas cumplidas del presidente, pero aún enfrenta desafíos. La Justicia determinará en octubre si la medida es constitucional.
En tanto, su duro discurso contra la inmigración ilegal se ha traducido en una reducción notable de las detenciones de indocumentados en la frontera con México. Una razón puede ser su presión sobre el Departamento de Seguridad Nacional.
" Vamos a tener los mejores acuerdos comerciales"
El tono proteccionista de su campaña era uno de los factores que más asustaba al mercado: Trump hablaba de imponer aranceles a las importaciones chinas, lo que desembocaría en una guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo, renegociar el Nafta con México y Canadá, y desechar el Acuerdo Transpacífico (TPP, su sigla en inglés), que el país había firmado con otros once países, entre ellos Chile.
Seis meses después, poco se ha concretado. Trump mejoró su relación con Beijing, aunque ha mantenido la presión política para que castigue las provocaciones de Corea del Norte. No ha anunciado aranceles, aunque tampoco los ha descartado, y tampoco incluyó al gobierno chino en la lista de manipuladores de divisa, como dijo que haría.
Sí anunció el retiro de EEUU del TPP, lo que fue lamentado por el resto de las economías del tratado, las cuales, no obstante, reafirmaron su compromiso con el texto la semana pasada. También lanzó las renegociaciones del Nafta, que aún están en camino y cuyos detalles no se han dado a conocer. Con China aún en la mira, el presidente mencionó recientemente su desacuerdo con las condiciones comerciales con Corea del Sur. Seúl podría ser el próximo en la mesa negociadora.
"EEUU se retirará del acuerdo climático de París"
Tal y como prometió, Trump retiró a EEUU del histórico pacto global alcanzado en París por casi 200 naciones en 2015, para luchar contra el cambio climático.
"Nos vamos", dijo el 1 de junio en un discurso en el que criticó las "draconianas" cargas financieras y económicas que conlleva el denominado Acuerdo de París, del que solo están ausentes Siria y Nicaragua.
Pese a la decisión, el republicano dejó abierta la puerta para reingresar al tratado o lograr "una nueva transacción sobre términos que sean justos para EEUU, sus empresas, sus trabajadores, su gente y sus contribuyentes".
Incluso, a fines de la semana pasada desde Francia dijo: "Algo podría suceder con respecto al acuerdo de París (...) hablaremos de eso más adelante. Si pasa, será maravilloso; sino, estará bien también".
En marzo, el mandatario ya había anunciado además "el final de la guerra contra el carbón", al firmar una orden ejecutiva que elimina la regulación de las emisiones de CO2 de centrales térmicas, reanuda la concesión de permisos para explotar carbón en terrenos públicos, y anula la obligación de la Administración Pública de estimar el impacto social de las emisiones de gases que provocan el "efecto invernadero".
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