El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se embarca esta semana en una gira que podría marcar un momento decisivo en la política internacional de su gobierno, con encuentros y cumbres que determinarán qué rol cumplirá frente al mundo próximamente.
A medida que se acerca la cita del G20 –que este año será organizada por Alemania y se desarrollará el 7 y 8 de julio en la ciudad de Hamburgo–, líderes políticos irán intercambiando visiones y preparando qué posición tomar para hacer frente a las políticas proteccionistas del titular de la Casa Blanca en temas como el cambio climático, el libre comercio y la cooperación internacional.
El presidente chino, Xi Jinping, se juntará mañana con su homólogo ruso, Vladimir Putin, en momentos de tensas relaciones de ambas naciones con Washington, y el miércoles hará lo propio con la canciller germana, Angela Merkel, donde se espera que transmitan una señal positiva de cooperación económica y gobernanza global más fuerte.
Semana de desafíos
Será una semana de demostraciones de poder. Mientras unos unen fuerzas, un desafiante Trump realizará una corta visita a Polonia para participar en la “Cumbre de la Iniciativa de los Tres Mares”, con la que Varsovia impulsará el acuerdo comercial regional y la infraestructura.
La cita es vista por Bruselas como una provocación del Ejecutivo polaco por aumentar su influencia fuera de la Unión Europea y, en consecuencia, la presencia de Trump tampoco es bien recibida.
Ese será el preámbulo de la inauguración de la reunión del G20, que además arrastra consigo los impasses entre el republicano y Merkel por la salida de EEUU del Acuerdo Climático de París; el tenso inicio de las relaciones de Trump con el recién electo presidente de Francia, Emmanuel Macron; los enfrentamientos con Rusia por la guerra en Siria y la presunta intromisión en la campaña electoral de 2016, y el fin de la luna de miel con China.
Con los “enemigos”
Aún así, Trump tendría previsto sostener reuniones al margen de la cumbre de las 20 principales economías del mundo con líderes de las tres naciones con las que el contacto diplomático ha sido más turbulento durante su corta gestión.
Además de Putin y el mexicano Enrique Peña Nieto, estaría agendado el encuentro con Xi Jinping que se perfila mucho más frío que el que ambos sostuvieron en abril en Mar-a-Lago. Y es que a fines de la semana pasada, la relación con Beijing dio un giro que de seguro será punto a tratar entre el asiático y otros jefes de Estado, así como con el propio Trump.
A menos de 100 días de que el estadounidense recibiera amistosamente a su par asiático en Florida y asegurara que tendrían “excelentes relaciones”, Trump amenazó con imponer restricciones a las importaciones de acero desde China y aplicar sanciones al pequeño pero simbólico Banco de Dandong por sus supuestos vínculos con Corea del Norte, y además confirmó la venta de un nuevo paquete de armas a Taiwán por US$ 1.400 millones.
Las medidas causaron duras críticas desde Beijing dejando en vilo la ronda inicial de negociaciones que estaba previsto ser completada para “reequilibrar” la ahora complicada relación comercial.
Casa Blanca presiona a republicanos por Obamacare
La consigna de "derogar y reemplazar" el sistema de previsión de salud conocido como Obamacare solía unir al partido republicano de Donald Trump, pero la semana pasada hizo todo lo contrario. La propuesta de la organizaciónm para un nuevo mecanismo no ha logrado convencer a los senadores oficialistas, que tienen mayoría, pese a que el proyecto fue rápidamente despachado en la cámara baja. El propio mandatario abrió la puerta a un cambio de estrategia el viernes, cuando señaló a través de Twitter que "si los senadores republicanos no logran aprobar lo que están evaluando ahora, deberían derogar inmediatamente y luego reemplazar en otro momento". El mensaje representa un cambio desde su postura anterior.
El líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, decidió postergar para después del receso del 4 de julio la discusión del proyecto, que, según la Oficina de Presupuesto del Congreso, dejaría a 22 millones de estadounidenses sin seguro médico. La discusión de la iniciativa se retomaría el lunes de la próxima semana.
Senadores republicanos, como Ben Sasse -quien ha sido crítico del mandatario- han dicho que Trump debería llamar al Congreso a frenar la actividad hasta que se derogue la ley actual, heredada del gobierno de Obama, si no hay acuerdo antes del próximo lunes.
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