El presidente electo de Estados Unidos realizó ayer su esperada primera conferencia de prensa tras ganar las elecciones de noviembre, en una aparición que causó revuelo en la opinión pública y entre las autoridades mundiales y que sacudió además a los mercados financieros.
Con un estilo que fue calificado como desafiante, Donald Trump, arremetió contra sus críticos, reiteró que México deberá pagar por la construcción de un muro en la frontera, denunció una campaña de desprestigio de parte de las agencias de seguridad de su país y cargó contra las empresas multinacionales.
En un polémico episodio, acusó a la cadena de noticias CNN de publicar “noticias falsas” sobre el hackeo ruso y negó al periodista la posibilidad de realizarle preguntas.
En tanto, en el plano económico, el futuro presidente de la mayor potencia mundial presentó un futuro lleno de riqueza y de “cosas grandiosas”, sin dar detalles sobre sus planes, aunque aseguró que sus políticas convertirán al país “en el mayor productor de empleo que ha creado Dios jamás”.
Peor que la enfermedad
Pero las empresas farmacéuticas probablemente no están viendo un fruturo tan brillante bajo la próxima administración. Las acciones del sector se desplomaron luego de que Trump asegurara que obligará a las compañías a apostar por los negocios dentro del territorio, generando ingresos tributarios por “miles de millones de dólares” para el gobierno.
Así como ya lo había hecho con las automotrices, Trump criticó a las firmas de salud, asegurando que estaban “saliéndose con la suya” al fabricar sus medicamentos fuera de EEUU y luego cobrando altas sumas por ellos. La fijación de precios se ha convertido, precisamente, en una punta de lanza para criticar a varias farmacéuticas que están siendo investigadas por el gobierno federal a propósito de los altos costos de los tratamientos. “Están saliendo libres luego de un asesinato. Las farmacéuticas tienen muchos grupos de presión y mucho poder, y hay muy poca oferta”, dijo el líder republicano. “Somos los mayores compradores de medicamentos del mundo y aun así no hacemos ofertas adecuadamente”, apuntó.
El índice Nasqad Biotechnology cayó 3,0% tras las referencias de Trump y acumuló un descenso de 3,8% al cierre, su peor desempeño desde el 24 de junio, después del referendo por el Brexit. En tanto, el S&P 500 para el sector cerró con una baja de 1,8%, su peor día desde el 28 de octubre.
Malos vecinos
Las declaraciones del próximo gobernante impactaron también sobre la moneda mexicana, con el peso tocando ayer un nuevo mínimo histórico de 22 unidades por dólar.
El primer golpe llegó cuando Trump pidió que más empresas automotrices sigan el ejemplo de Ford, que acaba de cancelar la instalación de una fábrica en México, llamándolas a trasladar sus operaciones a EEUU.
Las especulaciones de que el banco central de México saldría a intervenir para detener el derrumbe impulsaron un breve repunte, pero su efecto se desvaneció cuando Trump endureció sus amenazas. “Creen que pueden movilizar sus plantas a México. No va a pasar. Van a tener que pagar un alto impuesto fronterizo”, aseveró.
En menos de una hora, la moneda azteca logró ganancias de hasta 1,2% y pérdidas de 1,1%.
Sus comentarios provocaron inmediatas reacciones en el país vecino, donde el ex presidente Vicente Fox, acusó al magnate estadounidense de “dictador”. “Es claro que con Donald Trump, estamos enfrentando una nueva era de dictadura”, señaló. “No es un líder democrático”.
Los senadores del opositor PAN presentaron además un proyecto para que el poder legislativo rechace cualquier partida del presupuesto que incluya recursos para la construcción de un muro en la frontera.
Fin de Obamacare
Trump arremetió además contra Obamacare –el plan de salud impulsado por el actual jefe de Estado– asegurando que será revertido y reemplazado.
Aunque no entregó detalles de sus proyectos, indicó que su administración presentará propuestas luego de que elija a su secretario de Salud y Servicios Humanos una vez que tome posesión, el próximo viernes.
Mandatario dejará imperio a sus hijos y asegura que México pagará muro
Insistiendo en que la Constitución de Estados Unidos no le exige separarse de sus negocios para asumir la presidencia, Donald Trump anunció ayer que dejará su imperio empresarial en manos de sus hijos Don y Eric, quienes "administrarán la compañía de manera muy profesional y no discutirán sus decisiones conmigo".
Una abogada del magnate, Sheri Dillon, detalló que "las inversiones de Trump Organization pasarán a un fondo común a partir del 20 de enero", fecha en la cual el magnate asumirá la presidencia del país. Anunció que "se sumará un consejero de ética al equipo de administración y las decisiones necesitarán su aprobación (...) no habrá nuevos acuerdos en el extranjero. Los que se hagan dentro de EEUU, atravesarán un proceso de veto y deberán ser aprobados por un consejo de ética. El presidente Trump sólo sabrá de su existencia si lo lee en el diario o lo ve en la televisión".
Expertos en ética cuestionaron ayer el anuncio. El ex asesor de George Bush en esa materia, Richard Painter, dijo a Bloomberg que el anuncio "no resuelve ninguno de los problemas. Si sigue siendo el propietario, todavía tendrá conflictos de interés". Por su parte, el ex embajador y ex consejero de ética de Barack Obama, Norman Eisen, señaló a Reuters que "la decisión mal aconsejada de Trump se prestará para escándalo y corrupción".
Trump dijo que "en ocho años, volveré y espero decirles (a sus hijos) que hicieron un buen trabajo. Si no, les diré: estás despedido".
Frontera mexicana
El mandatario electo anunció también que, tan pronto como asuma la Casa Blanca, comenzará las conversaciones con México en torno a la construcción del muro fronterizo, que fue una de las principales promesas de su campaña. No obstante, agregó que espera que la construcción parta antes que eso.
"No quiero esperar un año o un año y medio. Quiero que el muro comience", señaló y agregó que "México, de una u otra manera, nos pagará por el muro. Será un impuesto o un pago, aunque es menos probable un pago.
Aseguró que tiene mucho respeto por el gobierno mexicano, pero, en referencia a la entrada de inmigrantes indocumentados, señaló que "nosotros nunca debimos haber dejado que eso ocurriera".
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