Cartas

Cartas al Director

  • T+
  • T-

Compartir

Reacciones por lluvias

Señor Director:

A raíz de las inundaciones, diferentes personalidades políticas de todos los sectores e ideologías, aprovecharon de sacar ventajas políticas y, como si nada, aparecieron críticas acerca quiénes fueron los responsables por el colapso en las calles luego de las intensas lluvias que cayeron sobre la Región Metropolitana hace algunos días.

Por si eso fuera poco, tras el corte de agua del fin de semana pasado en varias comunas de la capital, algunos argumentos recayeron en la responsabilidad del proyecto de Alto Maipo. Y luego, cuando se vieron las calles anegadas, se criticó a destajo al gobierno por su lenta capacidad de reacción y responsabilidad en los hechos. Pero resulta que nadie ha pensado qué es lo que les enseñan a algunos profesionales que sacan sus títulos de magíster y doctorados en las mejores universidades del mundo en materia de construcción, quienes -digámoslo con todas sus letras- se jactan de haber creado autopistas modernas y proyectos ícono a nivel de edificios u obras que, supuestamente, apuntan a que las personas puedan vivir mejor.

En vez de culpar gratuitamente a alguien o buscar responsables, creo que, primero que todo, debemos hacer una fuerte autocrítica y preguntarnos qué hace cada uno para ayudar a los más afectados por las inundaciones. Luego, es necesaria una planificación para que estos acontecimientos no vuelvan a ocurrir.

Parece que la verdadera “cara” de Chile, es aquella en la que hay que criticar a quien está a mi lado y en la que “mi verdad”, es única, absoluta y nadie me la puede arrebatar. Basta de soberbias y “ocupémonos” en vez de reprochar por que sí, porque no y por si acaso.

Nicolás Ward Edwards

Periodista y Asesor Comunicacional

Burocracia en la construcción

Señor Director:

A pesar del complejo escenario económico de Chile, se puede visualizar algunos proyectos que se levantan en las grandes urbes.

Muchas veces a ojos de los ciudadanos surge la inquietud, muchas veces fomentadas por un periodismo sensacionalista, que estas manifestaciones aparecen de forma espontánea, sin restricción alguna producto de un mercado que arrasa con todo, lo cual está lejos de acomodarse a la realidad. Para situar las cosas en su dimensión real, procederé a señalar tan sólo una parte de el sin número de trámites y burocracia que hay detrás de estos proyectos.

Para poder construir en los cascos urbanos, la infinidad de restricciones que imponen tanto el estado como las municipalidades hacen que muchos profesionales terminen acostumbrándose de esperar largos procesos de revisión, que en muchos casos es sólo una firma de un burócrata. Por ejemplo, si desea construir debe tener su permisos municipales para construcción, para instalación de faenas, obras masivas de excavación, permiso para utilización de grúa en caso de construcciones de mayor envergadura. Y como si fuera poco a veces se hace necesario ingresar proyectos de espacio público para mitigar eventuales impactos en la urbe, estos “pequeños proyectos” pasan por los departamentos de aseo, iluminación, tránsito, entre otros.

Lo anteriormente mencionado es sólo una parte de la infinidad de trámites que el estado exige a los privados para levantar sus proyectos, cada día más restrictivos, y por lo demás siempre supervigilados por este ente regulador: personas en un escritorio que pueden llegar a dilatar filosofando los proyectos una eternidad ¿profesionalización, modernización, digitalización e incorporación de herramientas para hacer más expedito el proceso? Aún nada en el debate público.

Andrés Barrientos Cárdenas

Director Ejecutivo

Fundación Ciudadano Austral

Lo más leído