Cartas al Director
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Señor Director: En carta del viernes pasado el lector Pablo Vidales insiste en que los pobres son incapaces de salir adelante si el Estado, es decir los políticos y burócratas no les dan "igualdad de oportunidades". Esto es claramente falso, tanto histórica como estadísticamente. Si se toma la linea de la pobreza de US$ 1 al día (ajustado a 1996), la pobreza extrema ha caído un 50% en el mundo entre la década de 1970 y el año 2000. Esto poco tiene que ver con intervenciones de los Estados para garantizar igualdad de oportunidades y mucho con la expansión del libre mercado a países históricamente excluidos de él en Europa del Este, Asia, África y América Latina. En estos países los políticos y burócratas, es decir, el Estado era -y en muchos casos sigue siendo- el principal obstáculo para la creación de riqueza y por tanto el principal responsable de la miseria de millones de personas. La evidencia muestra entonces que los mismos pobres que según el señor Vidales no pueden salir adelante sin ayuda estatal, han logrado niveles de creación de riqueza extraordinarios sin más ayuda del Estado que la de dejarlos trabajar y acumular capital tranquilos.
Axel Kaiser
Señor Director:
En la inauguración oficial del Año de la Innovación, el presidente Piñera dijo que "el desafío de nuestro país se relaciona con que se imponga el coraje de quienes se atrevan a probar cosas nuevas". Es cierto. La iniciativa y empuje propios son muy importantes a la hora de encaminarnos en el desarrollo de nuevos proyectos de innovación, pero no podemos olvidar que otro gran factor es el know how.
Para alcanzar mayores niveles de I+D se necesitan profesionales y técnicos a la altura de este nuevo desafío. No es novedad que "desarrollo" e "innovación" se asocian con nuevas tecnologías, con la dinámica del cambio constante y la renovación de sistemas, lo que abarca a su vez un gran dinamismo en lo que son los recursos humanos y su expertise respecto de estos temas. Los profesionales que trabajan en áreas relacionadas con tecnología, desarrollo de proyectos, innovación y emprendimiento, deben capacitarse permanente debido a que este proceso les permite actualizarse y desarrollar habilidades para formarse como profesionales creativos, atrevidos y con capacidad de replantearse.
Inevitablemente, el impulso de I+D obligará a las empresas a abrir nuevas áreas en las que la creación y experimentación sean las temáticas centrales, abriendo cupos laborales para trabajadores que sean capaces de dominar estas nuevas variables, escasamente desarrolladas hoy en día, pero que se proyectan como determinantes del futuro de nuestro país.
Sebastián Selle Senior manager de Michael Page
Señor Director:
El 2013 fue nombrado por el gobierno de nuestro país como el "Año de la Innovación". Asimismo, las cifras que nos entrega el estudio de la escuela de negocios Insead, titulado Índice Global de Innovación, nos afirma que Chile va por buen camino. Según este ranking, la nación se encuentra liderando Latinoamérica en esta materia. Globalmente, Chile se ubica en el lugar 39 dentro de un universo de 141 países innovadores.
Estos datos son positivos, pero también podrían ser engañosos, dependiendo de cómo se distribuya en el país este "conocimiento y aptitudes para innovar y emprender". ¿No estaremos enfrentando el mismo problema que vivimos hoy en día con la distribución del ingreso?
Innovar no significa abocarse sólo a soluciones digitales o tecnológicas. En este sentido, programas estatales y privados de incubación tecnológica abundan y son de gran valor, pero son insuficientes si queremos llegar a generar un impacto en la mayoría de los emprendedores de Chile. Ellos son los que requieren mayor apoyo en formación, redes de contacto, encadenamiento productivo y acceso a financiamiento.
Sebastián Espinosa Gerente de Desarrollo de Acción Emprendedora