China, un riesgo monopsónico para los minerales
JUAN IGNACIO GUZMÁN CEO GEM Mining Consulting
China fue el motor de la demanda mundial de minerales en las últimas dos décadas, lo que benefició a las empresas y países mineros. Sin embargo, esa dependencia tiene un lado oscuro: el gigante asiático ahora concentra tal proporción de las compras que posee un poder monopsónico (comprador dominante) en varios commodities, permitiéndole influir en los precios a su favor. Esto ya se observa en el mineral de hierro.
El caso del hierro: un comprador dicta precios. Pocos conocen lo ocurrido recientemente con el hierro. China, que absorbe alrededor del 75% del comercio marítimo de mineral de hierro, centralizó sus importaciones creando una entidad estatal compradora. El China Mineral Resources Group (CMRG) negocia con las grandes mineras para bajar los precios. Este año, por ejemplo, el CMRG ordenó suspender compras a la australiana BHP para exigir mayores descuentos. La menor demanda china ya venía enfriando el mercado del hierro y reduciendo las utilidades de empresas como BHP. Con esta maniobra coordinada, China demuestra que puede usar su peso como principal comprador para doblegar al oligopolio de productores.
“Nuestra economía, altamente dependiente del cobre y el litio, podría resentirse si China impone su poder comprador en estos mercados”.
Cobre y litio: ¿próximos en la mira? China tiene una posición similar en otros minerales. En cobre representa más de la mitad de la demanda global, lo que le daría margen para influir si lo quisiera. Hasta ahora no lo ha hecho, pero si el precio del cobre subiera demasiado, podría usar su poder de compra para frenarlo. En el litio los indicios son aún más claros: China domina cerca del 80% de la producción mundial de químicos de litio y alrededor del 60% de la demanda. De hecho, el precio internacional se desplomó en 2023 (más de un 80% abajo desde su pico) en gran medida por sobreoferta deliberada de China que inundó el mercado y provocó una caída abrupta, asegurándole insumos baratos.
Un llamado a prepararse. Esta realidad plantea un riesgo estratégico para países mineros como Chile. Nuestra economía, altamente dependiente del cobre y el litio, podría resentirse si China impone su poder monopsónico en estos mercados. El sector privado y el Estado deben anticiparse a este escenario con planes claros de contingencia. Diversificar mercados, agregar valor y coordinarse con otros países proveedores son pasos que vale la pena considerar. En el caso del litio, donde ya enfrentamos a un comprador dominante, se hace urgente una estrategia para evitar que precios artificialmente bajos golpeen los ingresos nacionales.
En definitiva, China ya no es solo un comprador: hoy marca el ritmo del mercado en varios minerales. Reconocer ese cambio de poder y adelantarse es una cuestión de realismo. Si Chile actúa ahora, fortaleciendo su resiliencia minera y ampliando alianzas internacionales, estará mejor preparado para amortiguar el impacto cuando China vuelva a usar su peso como principal demandante.
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