Este jueves marcó un nuevo hito para la astronomía mundial y la infraestructura científica en Chile: en las alturas del Cerro Paranal, Región de Antofagasta comenzó oficialmente la construcción del Cherenkov Telescope Array Observatory (CTAO), el cual se convertirá en el observatorio de rayos gamma más grande y potente del planeta.
El proyecto, impulsado por el Observatorio Austral Europeo (ESO, sigla en inglés), busca proporcionar perspectivas inéditas sobre el universo de altas energías. “Esta inauguración es un hito enorme tanto para el CTAO como para ESO, pero también para Chile, ya que esta nueva instalación fortalecerá la posición del país como centro global de astronomía", señaló Xavier Barcons, director general del ESO, durante la ceremonia de la primera piedra.
Se espera que los primeros telescopios estén operativos antes de finales de 2026. Una vez completado, el complejo contará con 60 telescopios y una superficie de captación de un millón de metros cuadrados, diseñados para detectar la “radiación de Cherenkov”, destellos de luz azul producidos cuando los rayos gama chocan con la atmósfera, permitiendo estudiar fenómenos extremos como agujeros negros y materia oscura.
Polémica por Hidrógeno Verde
El inicio de la obra se produce en medio de un intenso debate sobre la compatibilidad de la actividad astronómica con el desarrollo industrial energético, específicamente por el proyecto de INNA, de AES ANDES. Esta iniciativa, que completa una inversión cercana a los US$ 10 mil millones para producir hidrogeno y amoniaco verde, está proyectada en las cercanías del complejo astronómico, lo que ha encendido las alertas de la comunidad científica y política.
En conversación con DF Regiones, el Gobernador de Antofagasta, Ricardo Díaz, fue categórico respecto a la inviabilidad de la ubicación actual del proyecto energético, advirtiendo sobre los riesgos no solo lumínicos, sino vibratorios para el observatorio.
"La calidad de los cielos de la región de Antofagasta es única. El nivel de contaminación lumínica que tenemos acá es muy bajo y no es posible instalar una planta tan cerca de Paranal. Porque no solamente se trata de la luz, sino también de las vibraciones y otra serie de implementos que podrían afectar la luminosidad en el momento de observar", explicó el gobernador.
La autoridad regional enfatizó que instrumentos como el ELT (Extemely Large Telescope), proyectado con décadas de antelación, poseen una sensibilidad tal que se vería comprometida por la cercanía de un complejo industrial de esta magnitud.
Oferta de financiamiento
El gobernador Díaz apunto a una falta de “mirada territorial” por parte del nivel central del Estado y una ausencia de acercamiento temprano por parte de la empresa privada.
"Lo que le faltó a este proyecto (INNA) fue venir a conversar con las autoridades. El nivel central les ofreció un terreno, ellos hicieron todos los estudios para ese terreno, y si hubiesen conversado con la gente de acá, del municipio de Taltal o conmigo como Gobierno Regional, nosotros les hubiésemos planteado la inconformidad del lugar”, sostuvo Díaz.
No obstante, la autoridad regional aclaró que no se oponen a la industria del hidrógeno verde, sino a su emplazamiento específico, y realizó una propuesta concreta para destrabar la inversión: ”Nosotros le hemos planteado (a la empresa) que, con Fondos del Gobierno Regional, podríamos ver cómo hacer los nuevos estudios para que ellos puedan instalarse y conciliar ambas actividades. A nosotros nos interesan ambas actividades”, afirmó el gobernador.
Díaz agrego que el Estado debe “hacerse responsable” por haber invitado a la empresa a instalarse sin considerar las variables territoriales, e instó a buscar una solución que no implique sacrificar ni la inversión astronómica ni el desarrollo energético.
"La región de Antofagasta tiene 126 mil kilómetros cuadrados de amplitud, por tanto es posible instalar el proyecto de ellos, sí, pero no en ese lugar tan cercano de observación astronómica", concluyó.
Definición presidencial
El conflicto territorial suma un factor decisivo con el reciente triunfo de José Antonio Kast en las elecciones presidenciales. El mandatario electo ya ha marcado una postura clara frente a la disyuntiva entre el desarrollo energético en esa zona específica y la ciencia.
Durante el último debate presidencial, Kast fue enfático en señalar que los cielos del norte son "únicos a nivel mundial" y manifestó su desacuerdo con la instalación del proyecto INNA en las cercanías del observatorio, asegurando que, de ser necesario optar, su futuro gobierno protegerá el patrimonio astronómico de Paranal, lo que podría obligar a la reevaluación del emplazamiento de la planta de hidrógeno.