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DF Conexión a China | El Yuan digital: ¿en qué estamos?

Felipe Barrientos, desde BeijingAbogado, Becario Yenching y Master en Economia y Negocios de la Universidad de Beijing

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En 2014 China dio inicio a un plan para desarrollar un yuan digital (e-CNY). Los reguladores chinos, quienes nunca han mirado a Bitcoin con buenos ojos, fueron capaces en dicho momento de vislumbrar el potencial del blockchain para crear una moneda digital soberana. ¿Cómo ha funcionado en la práctica?

Retorné a Beijing en marzo pasado después de casi tres años. Desde Chile leía como China avanzaba con el e-CNY, designando ciudades piloto y promoviendo su uso en los JJ.OO. de Invierno. Sin embargo, para mi sorpresa, su impacto en el día a día ha sido casi nulo y la gente sigue usando exclusivamente WeChat Pay y AliPay para realizar pagos.

El principal problema del e-CNY ha sido lo ubicuas que son dichas plataformas, cuya tasa de penetración llega casi al 90% del total de los pagos. Estas plataformas, además, están altamente integradas a otras aplicaciones de e-commerce o entretenimiento digital, al punto de ser instrumentalizadas por Tencent y Alibaba para limitar la competencia de nuevos actores y promover el uso de otras aplicaciones dentro de su ecosistema. Así, por el momento, la alta competividad de los incumbentes ha hecho difícil justificar el uso doméstico del e-CNY.

Donde ciertamente existe un potencial gigantesco para el uso del e-CNY es en el comercio internacional. En la actualidad, los pagos entre China y el extranjero son costosos, ineficientes y sujetos a numerosas trabas regulatorias. A pesar de que China es la fábrica del mundo, su moneda solo representa el 3% de los pagos del comercio internacional, el cual es aún altamente dependiente del dólar estadounidense. En efecto, hoy el dólar se usa como divisa de intermediación entre el yuan y la divisa extranjera, lo cual desde el punto de vista geopolítico expone a China a potenciales sanciones por parte de su rival ideológico.

Así, parece natural que China apunte masificar el uso del e-CNY en el comercio internacional. Sin embargo, esto aún reviste ciertas complejidades. El primer escollo es la existencia de acuerdos bilaterales con otros bancos centrales. Esto es, ciertamente, un tema político y requiere proactividad de parte de parte de los países.

Aquí, Tailandia y los Emiratos Arabes han tomado la iniciativa, y sus bancos centrales ya están participando de un programa piloto junto con el Banco Popular de China.

El segundo gran escollo es la poca accesibilidad a instrumentos financieros denominados en yuanes desde el extranjero. El dólar es atractivo en gran medida por ser una ventana hacia los mercados financieros globales, lo que permite a su tenedor acceder a un sinnúmero de instrumentos financieros donde puede generar mayor rentabilidad. En este sentido, los reguladores chinos han tomado nota y han señalado apuntar en esta dirección.

¿Ha sido el experimento del e-CNY un fracaso? Ciertamente que no. China ya ha ganado bastante terreno en estos últimos ocho años, mientras que en Occidente recién es una idea en etapa de evaluación. El enorme potencial del e-CNY es innegable, pero como toda gran tarea es un proceso largo que requiere dedicación y paciencia, algo que los chinos tienen de sobra.

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