Hace un par de semanas, junto al equipo con el que desarrollamos uno de nuestros nuevos proyectos, el Edificio Goyenechea, aterrizamos en el Salone del Mobile, en Milán. Una feria mundialmente reconocida, con 2.407 expositores desplegados en más de 20,7 hás. y que recibe cada año cerca de 400 mil visitantes del mundo, interesados en el arte, el diseño, la decoración y la moda. En resumen, el corazón del buen gusto, la buena calidad y las cosas bien hechas.
La idea del viaje era dejar de lado el mundo financiero y darle más cabida a la innovación y a la creatividad que también debe tener un proyecto inmobiliario de primer nivel. Nos encontramos con una ciudad llena de gusto, una feria desbordada de diseño, detalles y creatividad. Todo aquello que hace mundialmente famosa a esta ciudad. Vimos en primera persona esa vocación que tienen los italianos por diseñar espacios distintivos y únicos, crear soluciones simples para hacer que la vida sea más cómoda y visualmente agradable. Caminar por el Salone del Mobile me volvió a recordar lo importante que es partir cada proyecto desde dentro, sin dejar detalles al azar, empatizando con las personas que lo habitarán y luego, en el paso siguiente, proyectar las líneas exteriores.
Pero si hay algo que me impactó de sobre manera, fue la visita a la fábrica de productos especializados para baños Antonio Lupi. A media hora de Florencia, con una producción que se distribuye a los 5 continentes, una valorización de US$ 300 millones, 75 años de historia y tres generaciones de la familia manteniéndola vigente, esta compañía me enrostró en vivo y en directo lo que significa tener pasión por las cosas bien hechas, por las cosas hechas con cariño desde el primer momento. Los Lupi me mostraron que, sin importar el tamaño del proyecto, la calidad no es ni más ni menos que repetir y mejorar el mismo proceso, una y otra vez, ayudándose de la tecnología, pero trabajando con las propias manos.
Volví con la convicción de que la idea de calidad la entendemos mal. Junto a una buena marca, la calidad viene dada desde el origen, en la primera compra de un insumo para un mueble, en cómo se desarrolla cada eslabón del proceso de producción, en los equipos que están detrás de cada producto, en cómo cada persona involucrada en la fabricación entiende lo que va a poner a la venta. Y luego, dejar que este sea perfecto para los usuarios finales.
El secreto termina siendo mantener la pasión por hacer lo que más nos gusta de la mejor manera posible.