Conviene recordar que hace un par de semanas la presidenta Bachelet, refiriéndose a la tasa de crecimiento potencial de la economía chilena, señaló que “en 2016 vamos a estar retomando el ritmo normal”. El mensaje se transformó en una señal de alerta para todos los ciudadanos que percibieron, entonces, que este año será complejo, el próximo también y recién en 2016 habrá calma.
Una visión distinta tuvo el FMI: a pesar de la baja en su pronóstico de crecimiento de la economía chilena para 2014 a una cifra menor que 3%, mantiene la expansión proyectada para 2015 en 4,1%. Además, un grupo de economistas del sector bancario situó mayoritariamente el crecimiento de la economía entre 2% y 2,5%, pero que en 2015, subiría entre 3% y 4%. El repunte sería liderado por la recuperación de la inversión que crecería a tasas superiores al 5 y cercanas al 7% en 2015. Lo mismo ocurrió con el ministro de Hacienda, quien compartió el diagnóstico de la desaceleración de la economía y el deterioro de las expectativas en los últimos cuatro meses, pero explicó que la actividad mejorará en 2015. Pareciera que la mayoría de los analistas espera que en la medida que el Banco Central siga disminuyendo la Tasa de Política Monetaria, esto se convierta en un incentivo a la actividad que provoque sucesivos aumentos del tipo de cambio incentivando el aumento en las exportaciones.
La reactivación del sector exportador debiera traer aparejado un aumento de las decisiones de inversión, generándose un círculo virtuoso de aumento en la demanda que, a su vez, haga repuntar el consumo. Al mismo tiempo, se ha dicho que si el Estado ejecuta adecuadamente su presupuesto de este año, contribuirá con al menos un punto al crecimiento del PIB.
Parece que los chilenos concuerdan con los analistas en que esta es una desaceleración de corto plazo. Esto se refleja en una encuesta ampliamente difundida y que revela que el 83,6% piensa que su situación económica personal y familiar en dos años más estará igual o mejor. A su vez, el 61% no teme perder el empleo a consecuencia de la desaceleración actual. Entonces, ¿qué quiso decir la presidenta cuando desplazó el horizonte de superación de la desaceleración de la economía hacia 2016? El manejo de las expectativas económicas es una materia muy compleja y en la cual se requiere actuar con franqueza y unidad en el discurso de las autoridades; de lo contrario se da pie a condiciones de incertidumbre que profundizan el deterioro de las expectativas de la población.