Padre Hugo Tagle

Bien Salud

Padre Hugo Tagle En twitter: @hugotagle

Por: Padre Hugo Tagle | Publicado: Lunes 22 de febrero de 2016 a las 04:00 hrs.
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El Ministerio de Salud (Minsal) ha lanzado dos campañas interesantes y que no puedo más que apoyar. Una, en que se señala que “el embarazo no es una preexistencia” - o dicho al revés, es una existencia-, y se invita a las embarazadas a ser precavidas y defender el derecho que tienen a que se reconozca la vida que han engendrado como tal. En ese sentido se advierte en su página web: no debe ser consignado en su declaración de salud, la Isapre no puede excluirlo de la cobertura y no puede terminar el contrato anticipadamente. No contento con esa defensa, el Minsal añade que: “El embarazo no es una enfermedad”. No se puede más que estar de acuerdo.

Y se agrega otra buena iniciativa: la defensa del que está por nacer en la propaganda de las cajetillas de cigarro. A partir de mayo, se debe incluir una imagen de una mujer embarazada, dando a entender que un fumador o ella misma, agreden la vida del que está por nacer con el humo del cigarro. Coloca a “lactantes, adolescentes y embarazadas” en un mismo y único plano, sin diferencia ni discriminación alguna.

Y es de esperar que no la saquen o corrijan ahora, pensando que han mostrado debilidad o cosa parecida. Está muy bien pensada y es correcta. Hay que defender a la vida del que está por nacer tanto ante el cigarro, como ante quienes inescrupulosamente las quieren dejar fuera de la cobertura de salud, por alguna malformación o ser el producto inocente de un acto de violencia.

La conciencia de defensa de la vida se debe extender a todos los planos. No basta con una defensa “en teoría” o con grandes declamaciones a favor de ella. Ella se debe traducir en signos concretos y aquí, el Ministerio de Salud dio en el clavo: proteger a las embarazadas ante el humo tóxico de los cigarros y defenderlas ante posibles abusos de las Isapres, en que se presenta al embarazo como una “enfermedad” y no una nueva vida que merece cuidado y acogida. Y eso supone costos que la sociedad en su conjunto debe asumir.

Ojalá estos apoyos se extiendan a otras formas concretas de respaldo a las embarazadas, lo que será la mejor manera de apoyar la vida. En eso, ahora el Minsal, paradojalmente, dio dos buenos ejemplos y caminos concretos. Son infinitamente más las formas de apoyar la vida que, de paso, espantarán la posibilidad del aborto. Una embarazada que experimenta el apoyo del entorno, de la sociedad en su conjunto; que siente y sabe con certeza que la vida que ha engendrado no es un crimen, un error, un ser rechazado sino acogido, jamás pensará en el aborto. Solo anhelará y agradecerá la vida.

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