La Iglesia es mucho más
Las acusaciones que involucran a algunos religiosos en colegios católicos provocan comprensible indignación...
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Padre Hugo Tagle
Las acusaciones que involucran a algunos religiosos en colegios católicos provocan comprensible indignación en la opinión pública. No están sólo los sacerdotes en la mira. Se han sumado una serie de investigaciones al personal docente en varios colegios de la capital. Se comprende el resquemor de padres y apoderados y ello debe conducir a redoblar los cuidados en materia de trato a los alumnos. Todas las medidas de prudencia en su trato son bienvenidas. La verdad, se debe guardar siempre y en todo lugar una discreta distancia, lo que redundará en mayor confianza y seguridad.
Y esto vale para todos los que trabajan con personas. A los chilenos nos cuesta el justo equilibrio en la forma en que expresamos nuestros afectos. O hay excesiva efusividad, grandes abrazos y palmoteos, besos y caricias desproporcionadas, o somos fríos y distantes, casi desdeñosos. Lo mismo con las bromas. Pasamos de fomes a abuso de confianza. En fin, como en todo, urge encontrar un justo equilibrio.
Solidarizo aquí con los padres de los niños involucrados en estas denuncias, para quienes tomar esta decisión debe hacer sido doloroso. Es de esperar que todo se aclare y que no sea más que un error. Si se trata efectivamente de abusos, que se tomen las medidas que correspondan para que vuelva a reinar la confianza en los colegios involucrados.
Estas denuncias están conducidas según la legislación vigente en Chile y sólo nos resta confiar en las instancias penales que lo investigan y que en un tiempo breve puedan llegar a la verdad.
Recordemos que toda persona se presume inocente hasta que no se demuestre lo contrario, por lo que debemos ser cuidadosos con los juicios apresurados. Pero tampoco este derecho es un pretexto para no creer y atender a los denunciantes, por lo que hay que manejar la denuncia con celeridad y especial cercanía a las personas que la hacen. Supongo responsabilidad, un juicio ponderado y reflexión antes de tomar esta medida extrema. Así se lee de lo informado en la prensa.
Aprovecho a agradecer aquí a todos los padres y apoderados la confianza colocada en los colegios de Iglesia. También a quienes hacen las denuncias, que son católicos y siguen confiando en nuestras instituciones. Tienen el legítimo derecho a exigir rigurosidad e integridad. La Iglesia es mucho más que lo que ha saltado tristemente en los medios. Es claro que no se ha hecho lo suficiente en esta materia o si no, no se presentarían estas denuncias. Sabremos sacar bien del mal y todo esto nos debe llevar a corregir errores, sancionar atropellos y mejorar más aún.