Borde costero y nuevas inversiones

En el último tiempo ha quedado en evidencia la mayor complicación que involucra la aprobación de proyectos en el país. Si bien la mayor atención la captan las iniciativas energéticas, por su envergadura y montos de inversión, el resto de los sectores también ha pasado por dificultades.



Primero que todo es necesario decir que Chile tiene una normativa ambiental que debe ser cumplida. Esta considera una etapa de consulta cuidadada que cada vez ha cobrado una mayor relevancia. Se trata de un proceso largo, muchas veces de años, pero que con el paso del tiempo ha demostrado la importancia que tiene. Si bien existen aspectos a mejorar -todo es perfectible-, sin duda que ha marcado una diferencia respecto a lo que sucedía en el pasado.

Pero la existencia de una normativa no puede ser usada para entrampar el desarrollo del país. Y esa es la señal que al parecer se está dando con la ley que crea los Espacios Costeros Marinos de los Pueblos Originarios, que en algunos casos está siendo llevada al extremo. El punto es que cuando una comunidad indígena eleva una solicitud por un espacio deterninado se frenan todas las solicitudes de concesiones de uso de borde o marinas que allí se hayan pedido. Eso ha hecho que algunos proyectos se encuentren paralizados por años.

No hay que desconocer que el espíritu de la Ley es noble, pero su utilización es la que está llamando la atención. De hecho, resulta curioso que toda la costa de una región -la de Los Ríos- esté con solicitudes al amparo de esta norma.

Lo importante es que el si objetivo al usar la ley es sólo bloquear los proyectos, se le está haciendo un flaco favor al desarrollo nacional.