Editorial

La importancia de las señales

En un entorno social que podría tornarse más complejo a la luz de los síntomas que se observan en otras regiones y tras semanas de tratativas...

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En un entorno social que podría tornarse más complejo a la luz de los síntomas que se observan en otras regiones y tras semanas de tratativas, el martes en la noche los representantes del movimiento de Aysén, en primer término, y el vocero del gobierno, consecuentemente, expresaron la voluntad de las partes de restablecer una mesa de negociaciones encaminada a resolver el conflicto que ha sacudido a esa región por varias semanas.

Si bien se trata de un hito importante que es de esperar progrese satisfactoriamente, en realidad es sólo el inicio de un proceso que, según como progrese, puede tener amplias implicancias y repercusiones. Son muchos los actores sociales, comunidades, organizaciones y grupos con intereses corporativos que están siguiendo en detalle estas negociaciones y que están atentos a las señales políticas que de ellas emanen. De ahí la importancia que tiene el lenguaje y los mensajes implícitos en el proceder, especialmente de la autoridad y también de la oposición, por la responsabilidad que le cabe en preservar un buen clima político y social.

En el caso del gobierno es digno de ser destacado que se haya hecho valer que no es aceptable negociar si en paralelo se ejerce violencia y se trasgreden las leyes, con bloqueos de rutas y barricadas en puntos críticos. De igual forma es una señal valiosa que la noche del martes, el ministro secretario general de Gobierno haya dejado establecido que se negociará sin perder de vista que el país tiene restricciones presupuestarias -es decir infinitas necesidades y recursos escasos para satisfacer todas- y sin olvidar el debido cuidado del bien común, palabras que, por cierto, tienen una profunda significación.

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