Editorial

Parámetros estructurales a la baja

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En una nueva señal de que el período de bonanza llega a su fin, los parámetros estructurales para el presupuesto 2014 resultaron inferiores a los vigentes para este año. El precio del cobre se reduce de US$ 3,06/libra a US$ 3,04/libra y el crecimiento de tendencia de 4,9% a 4,8%. Aunque son reducciones moderadas, es primera vez que el precio del cobre de tendencia disminuye en la última década, lo que sumado a los elevados costos de producción, apunta a volver a una situación en que los ingresos mineros no representen más de un 10% de los ingresos fiscales, en comparación con un promedio de 21% para el período 2004-2012. La minería deja de ser la gran fuente de financiamiento de los crecientes programas sociales de los gobiernos.



Se reduce también el PIB de tendencia, mostrando que los intentos de aumentar la productividad no están dando los frutos esperados. Detrás de este resultado el problema energético está siendo un determinante significativo, cuyo mayor costo anula los efectos positivos que genera la agenda de impulso competitivo y otras reformas pro eficiencia.

Sobre el precio del cobre no podemos hacer nada, pero sí sobre los costos de producción, y también sobre el PIB de tendencia. En ambos el precio de la energía es clave; no debe haber proyecto fiscal y socialmente más rentable ahora que un impulso energético en serio. Lamentablemente, en el corto plazo no podemos ser muy optimistas al respecto, considerando lo poco atractivo que parece ser este tema en la esfera política. Una muestra más de que lo políticamente correcto va muchas veces por un carril bien distante de lo efectivamente favorable para el país.

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