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El creciente interés en instalar techos solares, una solución para reducir emisiones y bajar la cuenta de luz

En el sector empresarial varias empresas han instalado techos solares cubriendo entre un 10% a un 60% de su consumo total con energías limpias. En domicilios, aún es incipiente, pero el gobierno anuncia que busca incentivar su uso y ampliarlo a escuelas y hospitales.

Por: V. Llompart y A. Rivera / Gráfico: María C. Arvelo | Publicado: Miércoles 25 de mayo de 2022 a las 04:00 hrs.
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El periodista Pablo Tapia instaló una planta solar en el techo de su casa. Foto: Julio Castro
El periodista Pablo Tapia instaló una planta solar en el techo de su casa. Foto: Julio Castro

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En abril la Organización de las Naciones Unidas (ONU) dio la alerta: el mundo requiere reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en 43% a 2030 para cumplir con el Acuerdo de París de 2015 limitar el calentamiento global en 1,5° grados hacia fines de siglo. Si bien Chile sólo aporta el 0,25% del total de las emisiones globales, registra siete de las nueve vulnerabilidades de cambio climático, lo que se refleja en la megasequía y el derretimiento de glaciares.

Chile fue el primer país en establecer la meta de descarbonización a 2050 en una ley - Ley Marco de Cambio Climático-, aprobada en marzo. Las termoeléctricas ya iniciaron sus planes para reemplazar el carbón por energías renovables y empresas y particulares en diversos países, incluido Chile, están comenzando a instalar plantas solares en sus techos para generar su propia energía en el lugar de consumo, reducir emisiones y, de paso, rebajar la cuenta de la luz.

“Descarbonización como servicio”

Por ejemplo, en el sector empresarial, desde 2010 Solarity instala plantas solares en los techos -espacios ociosos- de las instalaciones de compañías de sectores como el industrial, retail y agricultura. Ofrece “descarbonización como servicio”, donde ellos corren con la inversión de la planta a cambio de un contrato de largo plazo por la compra de la energía que se genere a un precio inferior al del mercado tradicional.

Horacio Melo, fundador de Solarity, cuenta que en los primeros cuatro años le tocó “evangelizar”, más que vender. Pero ahora percibe un interés creciente de las compañías por abastecerse de energías limpias, lo que junto a la baja de costos de los paneles está empujando la demanda al alza. “La última planta nos costó la mitad en proporción a la primera que hicimos hace seis años”, dice.

Señala que el metro cuadrado (m2) de paneles cuesta $ 60.000 y el costo de la infraestructura para producir un kilowatt (kw), oscila entre US$ 800 y US$ 1.000. Si bien estos números van a la baja, las limitaciones para su masificación tienen que ver con dos factores: el espacio en los techos para instalar los paneles -que es finito- y las horas en que opera una empresa.

Explica que el porcentaje del consumo que logran abastecer con los techos solares depende de cuán intensiva es esa compañía en uso de energía, pero en general oscila entre un 10%, para la industria de alimentos, entre un 30% a 50% para el retail -donde los mayores consumos están en luces y aire acondicionado- y hasta un 60% en la industria agrícola “si se mira todo el año”, precisa.

Melo dice que las horas de sol y la operación de una empresa también son una limitante, porque hay compañías que funcionan las 24 horas y la planta solar solo genera las horas de sol. No obstante, ya hay una solución, los costos de las baterías para almacenar energía “vienen bajando” y de hecho, Solarity ya cuenta con un piloto y una planta que opera con baterías.

Respecto del impacto, dice que los principales son la baja del costo de la energía, la reducción en la generación de emisiones y un reputacional, porque “los clientes están cada vez más empoderados y, mi proyección, es que a futuro vamos a discriminar a las empresas que no tengan un plan de descarbonización”.

Detalla que una planta de 1MW, en 10 mil m2 de techo, reduce 150 toneladas de dióxido de carbono (Co2) al año, es decir, “el C02 que capturan 10 mil árboles al año”.

Una de las empresas que cuenta con una planta solar es Sodimac, del holding Falabella. En 2016, la cadena de tiendas de construcción y mejoramiento del hogar, concretó alianzas con Solarity y Efe Solar, firma que también provee de energías renovables para empresas.

El gerente de Sostenibilidad de Sodimac, Juan Carlos Corvalán, cuenta que esta tecnología la han implementado en 48 de sus instalaciones, incluyendo tiendas, las oficinas centrales en Renca y el centro de distribución en Lo Espejo. La última sucursal donde se instalaron techos solares es en la ciudad de Temuco en la calle Los Pablos.

En relación al impacto, indica que suministran cerca del 30% del consumo total de las instalaciones de Sodimac donde están implementados, el resto lo obtienen de la red. “En 2021, pudimos inyectar hasta 16 giga watt/hora al generar energía fotovoltaica y logrando evitar la emisión de más de seis kilotoneladas de CO2 o gases equivalentes, lo que equivale a 2.630 casas de consumo anual de electricidad”, afirma Corvalán.

Y la meta, adelanta, es “abastecer a todas sus tiendas y oficinas en base a energías limpias a 2030”.

Regulación e incentivos: Alemania y Chile

Uno de los países más avanzados en energías limpias es Alemania, donde el 32% de su matriz proviene de energías renovables, según datos del gobierno a 2016. Por lo mismo, también ha avanzado en autogeneración. La primera regulación es la Ley de Fuentes de Energías Renovables del año 2000, que fijaba el precio de la energía renovable que se vende a la red.

Christoph Meyer, Project Manager Smart Energy Concepts de la Cámara Chileno-Alemana de Comercio e Industria (AHK Chile) cuenta que existen diversos incentivos para la instalación de paneles solares para autoconsumo. Estos funcionan más a nivel regional o municipal, y que pueden variar mucho. “Un programa, por ejemplo, en la región de Renania de Norte-Westfalia paga un subsidio de 100 euros por Kilowatt/ peak (kWp). Además, hay créditos con tasas de interés bajas para la implementación de energías renovables, como del banco estatal KFW con una tasa de interés de 2,11% efectiva anual”, afirma.

Explica que el tiempo de retorno de inversión de una planta solar en el techo de una casa para efectos de subsidios, se estima en 20 años, sin embargo, la realidad es que se recupera en nueve a 11 años. Si bien, el período es largo, “la gente hace igual la inversión porque anticipa que el precio de electricidad no va a bajar, -cuesta por sobre sobre 30 centavos de euro por kw/hora- y porque quieren independizarse con energías limpias”, dice.

Al comparar el contexto alemán con el chileno, el experto afirma que “en Chile siempre se ha pensado que no son necesarios subsidios por las condiciones naturales del país” y señala que el retorno en promedio es de siete a ocho años, inferior al de Alemania.

Dice que en Chile falta información para instalar un proyecto de paneles solares y si bien en su opinión no es “tan necesario” tener subsidios, “sería importante que exista un financiamiento fácil, de baja tasa de interés, para masificarlo”.

Respecto de regulaciones, Meyer comenta que, en Hamburgo, a partir de 2023 “será obligación poner paneles solares en los techos de los edificios. Esto podría ser aplicable para Chile porque Hamburgo tiene una radiación solar comparable con la de la región de Los Lagos”.

Explica que la Ley de Fuentes de Energías Renovables en Alemania permite que particulares inyecten a la red y establece un precio fijo garantizado igual para todos por kWh, es decir, tanto para quienes inyectan todo o solo una parte. Sin embargo, a partir de 2023 se pagará un valor inferior a la inyección de energía proveniente de excedentes de autoconsumo.

En Chile, es poco lo que existe. El país cuenta con la ley de Net Billing, que permite que a plantas solares certificadas ante la Superintendencia de Electricidad y Combustible inyectar energía a la red, la que luego se descuenta del consumo de energía.

En materia de incentivos, el ministerio de Energía lanzó en octubre de 2020 el programa Casa Solar, para subsidiar la instalación de plantas solares en viviendas, en un contexto en que solo existían “cinco mil casas con paneles solares”, afirma el subsecretario de Energía, Julio Maturana.

A la fecha, con un presupuesto de $ 5 mil millones, se han realizado dos llamados. En 2020, el programa benefició a 2.800 hogares y el segundo, lanzado en noviembre de 2021 -en curso- busca beneficiar a 2.500 hogares. Ya han aumentado en 56% el número de sistemas en casas y con el segundo llamando, “duplicaremos esta cifra”, afirma Maturana.

La capacidad instalada fotovoltaica de ambos programas “espera ser de 9 MW, una generación de energía eléctrica anual de 14 MWh y una reducción de emisiones anual estimada de 5.000 toneladas de Co2 equivalente (tCO2eq)”, dice el subsecretario.

Señala que una de las propuestas del gobierno es “descentralizar y democratizar” la energía, por lo tanto, busca alcanzar 500 MW instalados de generación distribuida en sistemas unitarios y comunitarios. “Acá Casa Solar es fundamental. Esperamos llegar a 20.000 hogares a través del programa, a lo que sumaremos financiamiento para la incorporación de sistemas fotovoltaicos en 400 escuelas y centros de salud para que cuenten con sistemas autogeneración de energía durante el período de Gobierno”, adelanta.

Autogeneración en casas

El mercado de paneles solares para viviendas aún es acotado y la mayoría de las empresas abarcan hogares y empresas. Una de ellas es Proyecta Energía, fundada en 2017 por Cedric Miralles, ingeniero electrónico de la Universidad Técnica Federico Santa María, y que, a la fecha, ha materializado 200 proyectos en casas.

Miralles señala que el estándar de estas instalaciones oscila entre los 15 m2 a 20 m2, y entre seis y 10 paneles solares los que generan entre 400 kilowatts/ mensuales a 700 kw/mes. En general, cubre entre 50% y 80% del consumo total e igual ahorro en la cuenta de luz, “pero depende del consumo de cada vivienda y de la época del año, nos llegan casas con cuentas de luz desde $ 40 mil hasta $ 200 mil”, dice.

Respecto del costo, varía entre los $ 3 millones y los $ 5 millones, e incluye insumos -como paneles e inversor de corriente- montaje y certificación de la SEC para inyectar el excedente en la red, además de una aplicación para el smartphone que permite gestionar la información y monitorear el consumo.

Y en relación a la reducción de emisiones, un proyecto de entre 6 y 10 paneles (de 500W cada uno), pueden evitar la generación de 1,5 Toneladas de CO2/año y 3 Toneladas de CO2, respectivamente al año. Los proyectos que se instalan en casas van desde los cuatro paneles (los más pequeños) (2.000W), hasta los 20 paneles (10.000W).

Miralles señala que un impacto positivo es que permite descentralizar la generación. “No estoy consumiendo una energía que se genera en Alto Biobío donde tuvieron que intervenir parques nacionales, sino que la energía la estoy generando yo, en mi casa. Eso a la larga, puede determinar que sea menos necesario implementar más plantas hidroeléctricas”.

Uno ejemplo concreto es el proyecto solar que el periodista Pablo Tapia instaló en su casa. Comenta que en la pandemia se fue a vivir a las afueras de Santiago a una zona donde se corta la luz constantemente, pero donde hay mucho sol. Intentó solucionar el problema con un generador a bencina, pero “era como vivir con una moto encendida en la casa, con ruido y humo”, dice.

El periodista Pablo Tapia instaló una planta solar en el techo de su casa. Foto: Julio Castro

Entonces, empezó a preguntarse cómo aprovechar el sol y tras investigar, dio con Proyecta Energía. El 23 de marzo pasado comenzó a operar en el techo de su vivienda una planta solar de 14 paneles de 410W y dos baterías de litio de 48V 3,5 kWh de capacidad para almacenar la energía que captura en el día, cada una con autonomía de siete horas.

Tapia comenta que el sistema le permite abastecer el consumo casi completo de la casa en 24 horas, logrando “autonomía y ahorros en la cuenta de luz”. En la primera boleta -que no considera el funcionamiento de un mes completo de paneles- el costo bajó de $ 80.000 a $ 36.000 y “bajará más”, afirma.

Otro impacto importante, afirma, es que está generando menos emisiones de gases de efecto invernadero al medio ambiente y “siento que le estoy dando un tremendo ejemplo a mis hijos”.

Sobre el retorno de la inversión, dice que esto no es tema, “si una persona hace una piscina no se hace esta pregunta y recupera la inversión cuando se baña la primera vez. Esto es lo mismo. Recuperé el gasto el día que se cortó la luz en el barrio y no me di cuenta”, comenta.

Sodimac cuenta con techos solares en 48 de sus instalaciones.

¿Cómo funciona una planta solar?

Los paneles solares captan la radiación solar y la transforman en energía continua la que es conducida a un inversor, y la transforma en energía alterna, que es la que sale de los enchufes, explica Cedric Miralles de Proyecta Energía.
El inversor-que se conecta al cable que llega al tablero de la casa o directamente al medidor- es un computador que deriva la energía transformada a la casa o la inyecta a la red eléctrica en forma automática.
Para inyectar excedentes a la red, la planta debe estar certificada por la SEC. En este caso, la compañía eléctrica debe cambiar el medidor a uno que capte el consumo y la inyección y “a fin de mes hace una liquidación y paga el excedente inyectado”, dice el experto.

Una casa solar en Alemania

La familia Jüngling cuenta con un techo solar desde 2017 en su casa, ubicada en la localidad de Geislingen, al sur de Alemania. Gerhard Jüngling, padre de la familia, comenta que su principal motivación fue “generar electricidad sin ser dependientes de nadie, y contribuir a la reducción de CO2 para ayudar al medio ambiente, donde podemos reducir más de 7,4 toneladas de CO2 al año”.
A la fecha, su inversión no ha sido retribuida, ya que “para que esto ocurra, se necesitan entre 10 a 12 años”, dice. La instalación fue hecha a través de una empresa externa, ya que en Alemania “está prohibido que uno mismo la realice”.
La vivienda cuenta con 44 módulos, donde cada uno rinde 290 watts, los que suman en total 12,7 kWp. En su caso, no recibieron subvenciones públicas, ya que la electricidad que generan es para uso propio. No obstante, Jüngling indica que “hay gente que no usa esa electricidad que produce para sí mismo, si no que alimentan la red con la electricidad que producen con ese sistema fotovoltaico, y ellos sí reciben dinero del Gobierno, donde cada kilowatt/hora equivale a 7 centavos de euro. Nosotros la energía que nos sobra, la destinamos a esa red”.
La energía obtenida de los paneles no sustenta en su totalidad a la vivienda, ya que durante la noche la electricidad la obtienen de la red, además de utilizar baterías para almacenar la electricidad, energía solar térmica y una bomba térmica.
A partir del 1 de julio, Jüngling señala que en Alemania será obligatorio instalar un sistema fotovoltaico en casas nuevas que se construyan.

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  • En esta edición, DF incluye un nuevo artículo de la serie “Periodismo de soluciones”.
  • Este concepto da cuenta de una tendencia que busca poner en primer plano acciones que están dando resultados en resolver distintos problemas sociales y económicos.

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