La preocupación por el precio del dólar sigue estando presente en el gobierno y es por esto que el Banco de la República decidió aumentar el monto de la compra de dólares diarios y el ministro de Hacienda emprendió una carrera de presión verbal para que la divisa deje de bajar.
El martes, Mauricio Cárdenas, titular de Hacienda, dijo que un dólar a 1.950 pesos colombianos sería el ideal para la economía de ese país ya que el dólar barato sigue afectando a los exportadores. Sin embargo, este deseo del ministro está lejos de cumplirse y, según los analistas, el dólar mantendrá su tendencia bajista durante el resto de año.
La medida adoptada por el gobierno en los últimos meses ha sido la compra de dólares, si bien esto ayudó a evitar la volatilidad de la divisa, no es la solución para frenar su depreciación.
Según el analista de Acciones y Valores, Cristian Lancheros, “hemos visto que con la intervención del Ministerio el dólar si llegó a subir a los 1.800 pesos, y la compra de dólares del Banco de la República disminuyeron la volatilidad pero no afectan de manera profunda el comportamiento del mercado”.
El emisor durante 2012 compró un total de
US$ 4.844 millones, suma que tuvo su mayor ascenso en septiembre y octubre cuando la moneda estadounidense perdió su mayor valor.
Desde el martes la compra diaria se aumentó a un mínimo de US$ 30 millones, los cuales en promedio podrían ser US$ 37,5 millones si se divide el monto general por el número de días hábiles hasta marzo.
Para el gerente de investigaciones económicas de Corficolombiana, Andrés Pardo, “desde el año pasado estamos creyendo que el BR comprará dólares todo el año, en términos generales no es una gran sorpresa este aumento, pero no será suficiente”.
Uno de los aspectos que resaltan los analistas es que hay una diferencia entre el dólar que quiere el gobierno y el dólar que pone el mercado. “La guerra de divisas no es en Colombia sino en todo el mundo, es tratar de contener la liquidez que ha salido de Estados Unidos y de Europa, pero esto es una tarea difícil”, explica el analista de divisas de Asesores en Valores, Eduardo Bolaños.
Frente a esta situación, el gobierno optó por manejar un discurso político que traiga calma al mercado. “Esto ayuda para que se frene la velocidad de la caída, pero es muy costoso cambiar una tendencia que no es local sino global”, dice Bolaños.
Contra la corriente
En esta carrera contra el dólar el factor internacional pesa más que el local.
Ejemplos de intervención se consiguen a la vuelta de la esquina, tal es el caso de Brasil y Perú, que hicieron un control a la entrada de capitales a sus economías. En este momento, Colombia es receptor de grandes flujos de capital extranjero, no solo a inversión directa sino la que llega por portafolios. Esta última, curiosamente, tuvo una reducción de impuestos con la más reciente reforma tributaria lo que para algunos analistas juega en contra de la intención del gobierno de frenar la caída del dólar.
“Habrá un crecimiento en los flujos para Colombia, tenemos una economía que ha mostrado su atractivo para los inversionistas. La inversión en portafolio podría superar los US$ 3.000 millones entonces difícilmente se contrarrestará con estos niveles de restricción”, explica Lancheros.
Si bien el gobierno puede pensar en medidas como las de Brasil, hay que tener en cuenta que la inversión de portafolios no es tan representativa por lo que no sería una medida que impactara. Pardo asegura que controles de ese tipo pueden hacer que los inversionista se alejen como está sucediendo en Brasil.
“Control a los flujos de capitales no es sano para la economía colombiana, pues dependemos de la IED. Vamos a seguir viendo intervenciones como las que hemos visto, compras de dólares para reducir la volatilidad”, concluye Lancheros.
De esta manera, llegar al dólar del ministro será seguir nadando contra la corriente y pretender que se podrá contrarrestar la inyección de liquidez que mes a mes está dando Estados Unidos. Por ahora la tendencia se mantendrá bajista.