Con una sensación de dulce y de agraz quedaron los analistas luego de conocer este martes la última fotografía del mercado laboral del país.
El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) informó que la tasa de desocupación se ubicó en 8,7% en el trimestre móvil enero-marzo, o sea, igual que el nivel de hace 12 meses debido a que la fuerza de trabajo y los ocupados subieron el mismo 0,9% anual.
Como contraparte, las personas sin empleo subieron 1,3%, incididas por el avance de 1,2% de los cesantes, que totalizaron 802.990; y de 1,4% de quienes buscan trabajo por primera vez, unos 92.683.

Tanto la tasa de participación como la de ocupación se mantuvieron en 62,4% y 57% frente al nivel de hace un año.
Escenario diverso
En doce meses, la mayor población ocupada se explicó por actividades financieras y de seguros (19,5%), seguido de alojamiento y servicio de comidas (7,5%). También ayudaron actividades profesionales (8,4%) e industria manufacturera (3%).
Según destacaron desde el INE, la expansión la explicó solo la ocupación formal (4,1%, correspondiente a 274.761 personas), mientras el empleo informal bajó (-7,4%, equivalente a 194.608 personas).
Y si bien estos cambios podrían leerse como algo positivo, el director del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales, Juan Bravo, opta por la cautela, pues su desglose habla de distintas realidades.
Por ejemplo, mencionó la alta heterogeneidad que se observa por tamaño de empresa: mientras que en las micro el empleo formal cayó 3,8% anual, en las grandes mejoró 9,5%.
Para Bravo, por el lado negativo, este dispar comportamiento podría dar luces de que las microempresas no están siendo capaces de absorber las alzas de los costos laborales, lo que se traduciría en destrucción de plazas laborales.
“Esta idea puede tener cierto asidero, porque no es un comportamiento aislado. Las microempresas privadas llevan 11 meses consecutivos en donde se registra destrucción anual de este tipo de empleos”, agregó.
Desde una perspectiva más optimista, Bravo explicó que “también se puede estar dando algún traslado desde la microempresa hacia tamaños de empresa mayores, porque hay más oportunidades de empleo. Eso también tiene asidero en los datos, porque en la gran empresa este empleo está creciendo al 9,4% que es una cifra muy, muy alta, muy dinámica”.
Desde Coopeuch, en tanto, señalaron que los últimos datos evidencian que el mercado laboral “se mantiene débil, pero con mejoras en el margen”, y proyectaron que la tasa de desocupación del trimestre móvil finalizado en abril se situará en 8,8%.
Una proyección muy cercana a la entregada por la presidenta de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Susana Jiménez, quien advirtió que el último dato de desocupación ratifica que “el desempleo sigue elevado y eso es reflejo de una creación de empleo baja, producto de una economía que sigue lenta”.
Para la dirigenta, en los próximos meses se avecina “un proceso de estacionalidad en que se reducen empleos temporales en comercio y agricultura. Eso hace prever que la tasa de desempleo podría tener una tendencia como la del año pasado, que en invierno podría alcanzar el 8,9%”.
La cara positiva
Otro dato relevante que entregó el INE fue que la tasa de ocupación informal se situó en 25,8%, lo que implicó un retroceso de 2,3 puntos porcentuales en el último año.
“Eso es una caída muy importante en un periodo de tiempo breve. Así que eso definitivamente es una noticia positiva. Con esta tasa de ocupación informal de 25,8%, estamos cada vez más cerca de lograr el mínimo histórico, excluyendo el periodo de pandemia, que habíamos logrado en el tercer trimestre de 2013, cuando llegó a 25,1%”, destacó Bravo.