“El proyecto presenta un atraso considerable, que ha llegado al punto de no poder seguir avanzando en los trabajos, ya que no se cuenta con suficiente espacio liberado para efectuar las labores de instalación de las torres”.
Con estas palabras, Jorge Rodríguez, gerente general de Interchile, filial de la colombiana ISA, confirmó por primera vez lo que hasta ayer se mantenía en el plano de la especulación: es imposible que la línea de transmisión Cardones-Polpaico, de 753 km. y US$ 1.000 millones de inversión, logre entrar en servicio en diciembre de 2017, fecha que comprometió la propia presidenta Michelle Bachelet.
“Esto se debe a que no se cuenta con todas las concesiones eléctricas y permisos sectoriales de Conaf necesarios para este trámite. La consecuencia es la paralización de la obra y el retraso en la entrega, incumpliendo el plazo establecido de diciembre de 2017”, añadió el ejecutivo.
Este tendido, el mayor desplegado hasta ahora en el país, es clave para descongestionar el transporte de energía en la zona centro-sur y también para viabilizar la próxima interconexión entre los principales sistemas eléctricos del país: los interconectados Central (SIC) y del Norte Grande (SING), la que a su vez es requisito para permitir mayores intercambios eléctricos con países vecinos.
Rodríguez hizo estas declaraciones consultado por el duro informe de Conaf, firmado por su director nacional, Aarón Cavieres, que catalogó como insuficiente y fuera de estándar de Estudio de Impacto Ambiental (EIA) la información que Interchile proporcionó al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) en el marco de la consulta de pertinencia que la empresa realizó respecto del cambio del trazado de la línea en tres zonas, una de ellas Zapallar, para no cruzar por un aeródromo que sería propiedad del empresario Juan Sutil.
El pronunciamiento de entidad forestal plantea la amenaza de mayores retrasos en las tramitaciones de la iniciativa o que en el peor de los casos que la firma tenga que volver a tramitar ambientalmente esas partes del proyecto, lo que podría desfasar mucho más el término de esta obra.
En paralelo y como una reacción a la postura de Conaf, Interchile elaboró un documento que distribuyó a distintas instancias del gobierno y otras entidades y al que tuvo acceso este medio.
En este informe la empresa refuta los múltiples argumentos de insuficiencia que la entidad esgrimió para determinar que no podía pronunciarse respecto de la consulta de pertinencia de la colombiana, mientras que en base a la misma información (un documento de 130 páginas) Sernatur y el SAG indicaron que no es necesario volver a tramitar el proyecto.
A inicios de noviembre, Rodríguez se habría reunido con el nuevo ministro de Energía, Andrés Rebolledo, para informarle que los espacios disponibles para construir se estaban acabando y que al no tener los permisos iban a tener que paralizar las obras.
Mientras, altos ejecutivos de ISA estarían tratando de reunirse con la Presidenta Bachelet para transmitirle la urgencia y advertirle del impacto económico que tendría para el país el retraso de esta obra. El ejecutivo de Interchile declinó confirmar estos antecedentes.
Admite errores
En lo que respecta a la larga tramitación de las concesiones eléctricas y los permisos ambientales sectoriales ante Conaf, las principales trabas que hoy mantienen paralizadas las obras de Cardones-Polpaico, Rodríguez admite que la información presentada puede adolecer de errores, debido a la gran magnitud del proyecto, pero ratifica que en esos casos los servicios demoran meses para solicitar la corrección y luego otros meses en aprobar.
“Los tiempos están siendo inviables con la ejecución a tiempo de un proyecto de esta envergadura, tan necesario para el país”, puntualizó el ejecutivo.
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