Al menos 36 personas murieron y otras 147 resultaron heridas después de que dos terroristas se hicieran estallar en el principal aeropuerto de Estambul, la capital turca, informó el primer ministro de Turquía, Binali Yildirim.
El gobernador aseguró a la prensa que la cifra de fallecidos todavía podría seguir aumentando en las próximas horas debido al elevado número de heridos de gravedad y que el ataque habría sido perpetrado por tres terroristas suicidas.
El atentado fue provocado por dos terroristas suicidas que han detonado sus bombas antes de pasar el control de seguridad, según ha confirmado el ministro de Justicia de Turquía, Bekir Bozdag.
Las primeras informaciones señalan que uno de los terroristas disparó con un fusil de asalto Kalashnikov contra los viajeros en la terminal internacional y otro se hizo explotar allí.
La policía turca intentó neutralizar a los atacantes justo antes de que cruzaran el punto de seguridad al detectar que llevaban explosivos. El otro atacante suicida hizo estallar su carga explosiva en el sector de los estacionamientos.
Aunque el ministro habló de tres terroristas, varios testigos indican que fueron cuatro los atacantes, según informó la agencia Efe. Hasta el momento, ningún grupo ha reclamado la autoría del atentado.
Conflicto en Siria
El aeropuerto fue evacuado y algunos vuelos tuvieron que ser desviados a otros destinos. El terminal aéreo de Ataturk, que está situado en la parte europea de la metrópolis turca, es el tercero con mayor tráfico de Europa con casi 62 millones de pasajeros en 2015.
Turquía es uno de los países del mundo que más sufre el terrorismo, dada su cercanía a zonas de conflicto como Siria. En el más reciente episodio de violencia, un auto bomba estalló frente a un autobús de la policía en el centro de Estambul dejando once muertos y 36 heridos en una zona cercana al distrito más turístico de la ciudad.
Los ataques más recientes que ha sufrido el país han sido reivindicados por grupos separatistas kurdos y por terroristas vinculados al Estado Islámico.
La dura política antiterrorista del gobierno del presidente Recep Tayipp Erdogan y el tratamiento de las minorías kurdas ha generado tensiones con la Unión Europea, y ha puesto en duda un acuerdo para resolver la crisis de la migración y un eventual ingreso de Turquía al bloque.
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